El Ejército de Nicaragua nunca estuvo entre los afectos del Ing. Enrique Bolaños. ¿No les perdonó que derrotaran a la “invicta” Guardia Nacional de Somoza? No sabríamos decirlo a ciencia cierta.
Pero fuimos testigos en su momento del casi patatús que le dio al descubrir que varios empleados de la Vicepresidencia de la República, a su cargo, habían solicitado –y obtenido como cortesía-, pases para poder comprar en la tienda y supermercado del Ejército de Nicaragua.
Vociferó y anduvo como trastornado varios días y tras conminarlos a devolver los carnets, les echó a la Contraloría, porque según él, estaban defraudando al Estado al no pagar impuestos.
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