* Un «golpe de Estado clásico» y un «régimen militar sin autoridad constitucional», precisa el comunicador norteamericano.
La crisis política en Bolivia es fruto de un golpe de Estado «clásico» que se llevó a cabo mediante violencia e intimidación, sostiene en declaraciones a RT el periodista estadounidense Max Blumenthal, que se muestra sorprendido de que algunos todavía nieguen la naturaleza inconstitucional del cambio del poder en el país andino.
La senadora opositora Jeanine Áñez, que se autoproclamó como presidenta interina de Bolivia pese a la falta de ‘quorum’ en el Parlamento, no cuenta con apoyo popular, destaca el editor de Grayzone Project, agregando que se utilizaron amenazas de violencia para garantizar que los senadores contrarios a Añez no pudieran votar.
«No existe absolutamente ninguna manera de que Áñez hubiera obtenido el poder sin la ayuda del Ejército y la Policía bolivianos», insiste el periodista, para asegurar que el país ha quedado en manos de «una dictadura de derechas, un régimen militar» sin autoridad constitucional en el poder en Bolivia actualmente.
En cuanto a posibles vínculos de Washington con el complot, Blumenthal señala que seis conspiradores clave del mando militar de Bolivia fueron entrenados y educados en la Escuela de las Américas, en Fort Benning (Georgia, EE.UU.), una institución conocida por tramar cambios de régimen y entrenar a dictadores militares de derecha durante las últimas décadas.
Por su parte, el comandante nacional de la Policía Boliviana, Vladimir Yuri Calderón, incluso participó en un programa de capacitación policial supervisado por el FBI, afirma el periodista, que argumenta también que las declaraciones de Washington —que saludó los acontecimientos en Bolivia como un «movimiento significativo por la democracia en el hemisferio occidental»— promueven una «purga» de los partidarios de Morales.
«Entonces, lo que hemos visto aquí es en realidad un golpe militar clásico, y me sorprende que todavía haya un debate sobre lo que fue», recalca Blumenthal.
La tensión en Bolivia tras las elecciones generales del pasado 20 de octubre derivó en el golpe de Estado contra Evo Morales del domingo pasado, que obligó al mandatario depuesto a solicitar asilo político en México.
La autoproclamación como presidenta interina de la senadora Jeanine Áñez, sin tener ‘quorum’ en el Senado, provocó que miles de bolivianos salieran a protestar este miércoles en La Paz, El Alto y Montero, entre otras ciudades, pese a la represión de la Policía y las Fuerzas Armadas.