Esclavitud aún encadena a millones de personas en el mundo

Roberto Castellanos Fernández | Prensa Latina

Más de 40 millones de personas en el mundo sufren bajo el yugo de la esclavitud moderna, una cifra que demuestra lo lejos que está la humanidad en su propósito de erradicar ese flagelo.

Como parte de la estrategia para crear conciencia sobre el tema, cada 2 de diciembre Naciones Unidas celebra el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud en conmemoración a la firma en esa fecha de 1949 del Convenio para la represión de la trata de personas y la explotación ajena.

Reconocida como institución jurídica durante siglos, la esclavitud (en el sentido tradicional) comenzó a ser cuestionada a gran escala a partir del siglo XVIII, pero aún subsiste de varias formas.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de los 40,3 millones que vivían en 2016 bajo la esclavitud moderna unos 24,9 millones eran obligados a trabajo forzoso (16 millones en el sector privado) y 15,3 millones al matrimonio forzoso, casi todas del sexo femenino.

El flagelo afecta con mayor incidencia a las mujeres y niñas, que representan el 99 por ciento de las víctimas en la industria sexual comercial y el 58 por ciento en otros sectores.

Cada año millones de ellas en diversas latitudes son vendidas, obligadas, sometidas y explotadas, ya sean en sus países de origen o en naciones desarrolladas, víctimas, en muchas ocasiones, de la trata de personas.

Diversos estudios estiman que la esclavitud moderna en el planeta genera unos 150 mil millones de dólares de ganancias, en especial en las naciones más desarrolladas, según la campaña 50 for Freedom.

En junio la OIT denunció que más de 150 millones de niños de entre cinco y 17 años trabajan en el mundo, de los cuales 73 millones realizan labores peligrosas.

El mayor número bajo esa condición se encuentra en África (72,1 millones), seguida por Asia y el Pacífico (62 millones), el hemisferio occidental (10,7 millones), Europa y Asia Central (5,5 millones) y los Estados árabes (1,2 millones).

Un 48 por ciento de las víctimas de trabajo infantil tienen entre cinco y 11 años, un 28 por ciento de 12 a 14, y un 24 por ciento de 15 a 17, precisó la institución en un comunicado.

El organismo estima que en el mundo existe una proporción significativa de trabajo infantil y trata de personas en la cadena de suministros, en actividades como la extracción de materias primas y la agricultura.

Para la máxima representante de la Unicef, Henrietta Fore, “el trabajo infantil puede tener consecuencias negativas para toda la vida en el desarrollo físico, mental y social de los niños, robándoles la oportunidad de jugar y aprender”.

Innumerables productos, desde teléfonos y computadoras hasta alimentos o prendas de vestir, son fabricados por personas sometidas a la esclavitud moderna, quienes a su vez, en muchas ocasiones, emplean materias primas extraídas por víctimas de ese flagelo.

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