En respuesta al asesinato del general iraní Soleimani por parte de EEUU, Irán ha bombardeado las bases militares estadounidenses en Irak. Sputnik conversó con el politólogo austriaco Gerhard Mangott, de la Universidad de Innsbruck, sobre la reacción de la UE a la escalada de la crisis entre EEUU e Irán.
Qasem Soleimani estaba en Irak con una misión de paz como mediador entre Irán y Arabia Saudí. El politólogo calificó de «particularmente picante» su asesinato mediante drones estadounidenses precisamente mientras llevaba a cabo esa misión diplomática.
Según Mangott, era de esperar que Irán tomara represalias por el ataque al general Soleimani. Sin embargo, se esperaba que el país persa aplicara medios indirectos para su respuesta, es decir, las milicias chiíes en Irak, Siria o Líbano. Teherán, a su vez, asumió la responsabilidad directa de un ataque militar contra bases militares norteamericanas.
De todos modos, el ataque no era tan grande como para que Estados Unidos tuviera que tomar represalias, opinó.
«Irán tenía que responder al asesinato de Soleimani ante los ojos de sus ciudadanos», declaró Mangott, agregando que, aparentemente, el ataque se calculó de tal manera que no desembocará en una guerra directa entre Irán y EEUU.
El analista calificó la respuesta iraní de «una reacción de umbral inferior», ya que el país persa no podría ganar esa guerra, al igual que EEUU.
Reacción europea
Alemania condenó los ataques iraníes y, al mismo tiempo, dijo comprender el asesinato de Soleimani por parte de EEUU. El analista calificó estas declaraciones como una prueba de falta de autonomía de la política exterior europea.
«Esa es la tragedia de la política exterior europea y, por tanto, también de la alemana, que no se lleva a cabo sobre la base de la autonomía y la independencia europeas, sino en gran dependencia de su patrón: EEUU», afirmó.
Mangott denunció «una lealtad muy estricta a EEUU» dentro de la OTAN y por parte de los cancilleres de los Estados europeos más importantes, que «plenamente aceptan la narrativa de EEUU», la cual consiste en que el país persa debería sido castigado por las provocaciones.
El politólogo indicó, no obstante, que en primer lugar hubo provocaciones por parte de EEUU. Mangott acusa a Washington de esta nueva escalada de la crisis y la vincula con su salida del pacto nuclear y la imposición de nuevas sanciones severas en mayo del 2018. Estos acontecimientos también deben ser parte de la narrativa y no solo la presentación del punto de vista estadounidense, señaló.
«Los Estados europeos no son capaces de formularlo de esta manera porque dependen de EEUU y deben demostrar su lealtad. No existe una Europa europea, solo una Europa transatlántica», señaló.
Cuando Washington se retiró del PAIC, la UE mostró su solidaridad con Irán e hizo los esfuerzos para mantener vivo el acuerdo, recordó el experto. Por eso el país persa continuaba cumpliendo el acuerdo a pesar de las sanciones estadounidenses.
«Solo después de un año, a partir de mayo del 2019, Irán comenzó a incumplir gradualmente ciertos puntos del acuerdo cada 60 días», indicó. Mangott precisó que la UE no fue capaz de hacer nada para contrarrestar las sanciones extraterritoriales de EEUU, que también afectaron a empresas del Viejo Continente.
«Así que Europa no ha ofrecido a Irán ninguna ayuda real», afirmó el politólogo.
Crisis entre Irán y EEUU y el derecho internacional
Debido a que Irán y EEUU no están en un conflicto armado y ciertamente no en una guerra declarada, Soleimani no podría ser clasificado como un objetivo militar legítimo para Washington, afirmó Mangott.
De esta manera, este asesinato ha sido contrario al derecho internacional, subrayó.
Por su parte, Irán no puede ejercer su derecho de legítima defensa en virtud del Artículo 51 de la Carta de ONU, porque no ha habido ningún ataque armado directo contra el país en sí.
Por lo tanto, ambas partes están violando actualmente el derecho internacional, concluyó el experto
Fuente: Sputnik