Elson Concepción Pérez | Granma
Vuelve el mandatario estadounidense a amenazar con una acción militar contra Venezuela y continúan los chantajes y sanciones a gobiernos y empresas que tienen vínculos con la nación bolivariana y con Cuba.
Han transcurrido más de 200 años desde que James Monroe asumiera como el quinto presidente de Estados Unidos. A diferencia de Donald Trump, aquel había sido soldado, abogado, senador, gobernador y hasta Secretario de Estado. A Trump, en el puesto 45 de los mandatarios de ese país, además de multimillonario e inexperto en política, no se le conoce nada que no sea repetir lo ya dicho por el inventor de la doctrina «América para los americanos».
Por lo tanto, el denominador común entre lo ocurrido en 1823 y lo que sucede hoy, es que la filosofía del Monroe de entonces, se desempolva ahora por el magnate Trump, con la pretensión de hacer realidad lo de convertir a las naciones de América Latina en el patio trasero de Washington.
No debe extrañar entonces la última amenaza a Venezuela con una posible intervención militar, el reciente golpe de Estado en Bolivia con el auspicio de la OEA, el recrudecimiento del bloqueo a Cuba, la desestabilización en Nicaragua y el fomento de todo tipo de injerencia en países de la región, donde gobiernos democráticos han marcado pautas de desarrollo y soberanía.
«Aquí en el hemisferio occidental estamos comprometidos a mantener nuestra independencia de la intrusión de potencias extranjeras expansionistas», advirtió Trump ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, en 2018. «Ha sido la política formal de nuestro país, desde el presidente James Monroe, que rechacemos la interferencia de naciones extranjeras en este hemisferio y en nuestros propios asuntos», agregó cínicamente el mandatario.
En febrero del propio 2018, el entonces secretario de Estado de la administración Trump, Rex Tillerson, aseguró, que «la doctrina Monroe es tan relevante hoy como el día en que fue escrita».
En igual sentido se pronunció en esa fecha otro personaje del grupo de halcones del magnate presidente, el defenestrado John Bolton, quien aseguró, en un artículo publicado en el sitio The Hill, que «la injerencia rusa en América Latina podría inspirar a Trump a reafirmar la Doctrina Monroe».
Así está transcurriendo este primer mandato, de quien pretende relegirse en noviembre próximo.
Se trata de un estado donde, en 1904, el entonces presidente Theodore Roosevelt estableció «que si un país europeo amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el Gobierno de EE. UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos de ese país para reordenarlo».
En estos casos debe tenerse en cuenta qué han entendido y hoy entienden los mandatarios del imperio yanqui, respecto a «derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses» La Helms-Burton tiene las credenciales de esa pretensión imperial.
No olvidemos el abultado currículo de acciones en las que Washington ha intervenido contra naciones latinoamericanas con la finalidad de convertirlas nuevamente en colonias: invasiones, golpes de Estado y bloqueos, entre otras acciones hostiles. Pese a que en su momento negaron su participación en los derrocamientos de gobiernos, los documentos desclasificados años más tarde, por sus mismas instituciones, revelan lo contrario.
Recientemente, el portal digital estadounidense Bloomberg publicó que «Estados Unidos sigue pensando en la opción militar para derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro».
En un artículo, aparecido el pasado viernes, se cita a un funcionario de la «administración Trump» que asegura que «el Presidente está frustrado por el fracaso de sus presiones contra Nicolás Maduro y ahora vuelve a plantearse la opción militar, incluyendo un bloqueo naval».
Para recordar a Monroe y su «doctrina», Trump lanzó amenazadoras advertencias a las empresas que siguen haciendo negocios con Venezuela, como la India Reliance Industries; Repsol, de España; Chevron, de Estados Unidos, y a varios transportistas de Grecia.
Según el funcionario anónimo citado por Bloomberg, «Washington continúa aplicando la llamada doctrina Trump», cuyo objetivo es promover gobiernos afines en la región. Asegura el propio sitio que «Venezuela, Cuba y Nicaragua son los principales países que impiden a esa administración estadounidense plasmar las provisiones de esta doctrina Trump». Nada más parecido a lo que promulgó Monroe hace 197 años.
En contexto
Golpes de estado apoyados por EE. UU. en América Latina y el Caribe entre 1948 y 2019.
Venezuela 1948 y 2002
–El 24 de noviembre de 1948 fue depuesto el entonces presidente Rómulo Gallegos.
–Fallido golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, el 11 de abril de 2002.
Paraguay 1954
–En mayo el general Alfredo Stroessner encabezó un golpe de Estado contra el presidente Federico Chaves e instauró una cruenta dictadura.
Guatemala 1954
En junio, golpe de Estado contra el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz.
República Dominicana 1963
–En septiembre, el entonces presidente Juan Bosch fue derrocado.
Brasil 1964
—El 31 de marzo, golpe de Estado contra el presidente João Goulart, a partir de lo cual se inauguró un periodo de 21 años de dictadura.
Argentina 1966 y 1976
–En junio de 1966 fue derrocado el mandatario Arturo Illia, por un golpe de Estado.
–En 1976 se produce otro golpe, esta vez contra la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón.
Bolivia 1971 y 2019
–El 21 de agosto de 1971, Hugo Banzer Suárez encabezó el golpe de Estado.
–Golpe de Estado contra el reelecto presidente Evo Morales, el 10 de noviembre de 2019.
Uruguay 1973
–Juan María Bordaberry, con el apoyo de la cia, estableció un gobierno de facto.
Chile 1973
–Golpe militar contra Salvador Allende, encabezado por Augusto Pinochet con total apoyo de la cia.
El Salvador 1979
–El 15 de octubre fue derrocado el mandatario Carlos Humberto Romero. Este episodio generó una posterior guerra civil que se prolongó durante 12 años y dejó un saldo de al menos 70 000 muertos y otros miles de desaparecidos.
Panamá 1989
–El 20 de diciembre, intervención directa de más de 20 000 soldados de ee. uu. Derrocamiento del Presidente y masacre de la población civil.
Perú 1992
–El 5 de abril, el entonces presidente Alberto Fujimori realiza un «autogolpe» de Estado en su país, con el respaldo de las Fuerzas Armadas.
Haití 2004
–El 29 de febrero, el presidente Jean-Bertrand Aristide fue obligado a abandonar su país.
Honduras 2009
–En junio se perpetró un golpe de Estado, contra el presidente Manuel Zelaya.