En momentos en que, para proteger a una mayor parte de la población, se decidió dilatar la aplicación de la segunda dosis de las vacunas contra Covid-19, un trabajo realizado por investigadores del Conicet-Instituto Leloir y coordinado por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires aporta información valiosa para confirmar o descartar el diseño de las estrategias de inmunización.
Según este estudio, realizado en 288 personas mayores de 18 años que integran el equipo de salud de hospitales públicos de la provincia, tres semanas después de recibir la primera dosis el 94% mostró presencia de anticuerpos específicos. El grupo se dividió en dos, uno de 18 a 59 años, y otro de más de 60. En los mayores, esa tasa es del 89%. El esquema completo de dos dosis generó anticuerpos en el 100% de los vacunados.
El trabajo mostró además que, también con una sola dosis, las personas previamente infectadas (61) producían cinco veces más anticuerpos que los que recibían el esquema completo, pero no tenían antecedentes de infección previa con el SARS-CoV-2. Los primeros no mostraban ningún beneficio adicional al recibir la segunda dosis, lo que sugiere que quedarían adecuadamente protegidos con una sola
“La vacuna Sputnik V da una respuesta inmune robusta en gran parte de los vacunados. Si analizamos al grupo con previa exposición al virus, no se observó un aumento significativo en el título de anticuerpos al aplicar la segunda dosis, lo que sugiere que esta población no recibiría un beneficio adicional al recibir una segunda dosis”, afirmó la coordinadora del estudio, Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y la científica que condujo el desarrollo del test CovidAR, para medir anticuerpos utilizado en este trabajo. En el grupo sin previa infección, la cantidad de anticuerpos se multiplicó casi diez veces después de completar el esquema.
Estos resultados muestran que el estímulo que “da la infección original es más fuerte que el que da la primera dosis de vacuna –destaca el inmunólogo Jorge Geffner, miembro del equipo que hizo el estudio e investigador superior del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (Inbirs)–. Ya hay cuatro o cinco trabajos con [las vacunas de] Pfizer y Moderna que muestran lo mismo: si uno está previamente infectado, con una sola dosis ‘pica’ la producción de anticuerpos de forma muy ostensible, independientemente de que el cuadro haya sido leve o fuerte, y de cuánto tiempo pasó de la infección. Uno posee una respuesta de memoria inmunológica a la que lo único que le hace falta es recibir el estímulo de una dosis de la vacuna y sube a niveles altísimos”
Según el científico, lo mismo vale para la vacuna de Oxford/AstraZeneca (o Covishield). “El Ministerio de Salud hizo un seguimiento de dos millones y medio de personas vacunadas –explica–: el primer día se infectaron 300, el segundo, 300, el cuarto, quinto y sexto (raro), se infectaron 500. ¿Por qué aumentan? Porque la gente tiende a relajarse, cree que ya está protegida y sale a divertirse. Lo importante es que si a esos dos millones y medio de personas se las empieza a analizar a partir del día 14 después de la aplicación de una única dosis, comienzan a bajar los contagios hasta un 90%. Al día 30, en ese grupo de dos millones y medio de vacunados solamente se registraron 20 o 22 infectados”.
Con respecto a la vacuna de Sinopharm, todavía no hay datos publicados, pero ya se está haciendo un seguimiento de su efectividad después de la primera dosis aplicada en 700.000 personas, cuyos resultados están en estudio. “Los datos de Sinopharm son muy preliminares –dice Geffner–. Se están cruzando de los vacunados con la base del Sistema Integral de Información en Salud (SIISA) para ver cuántos se infectan”.
Es importante destacar que, aunque no se detecten anticuerpos humorales (inmunoglobulinas), que tardan diez días en producirse, en cuanto la persona es vacunada comienza a producir células que participan de la respuesta inmunológica.
Del estudio participaron voluntarios del personal de salud del subsector público de la provincia de Buenos Aires ya vacunados
Un comunicado del Instituto Leloir subraya que este estudio incluyó por primera vez un standard internacional de anticuerpos contra el nuevo coronavirus recientemente generado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que permite cuantificarlos con la misma regla en distintas partes del mundo, facilitando la comparación de resultados obtenidos en distintos laboratorios que emplean distintas tecnologías y vacunas.
Los investigadores también evaluaron la capacidad de los sueros de voluntarios vacunados para neutralizar la infección viral. “Detectamos anticuerpos neutralizantes en más del 90% de las personas que recibieron una sola dosis de la vacuna. Las mediciones fueron consistentes con el análisis de títulos de IgG totales y muestran que la cantidad de anticuerpos neutralizantes en el grupo con infección previa fue superior con una dosis a la del grupo sin infección previa después de recibir la segunda dosis”, destaca Gamarnik en la comunicación.
En esta investigación participaron siete hospitales públicos de la Provincia de Buenos Aires: Evita, Fiorito, Rossi, San Juan de Dios, San Martín, San Roque y El Cruce. Ahora, el proyecto continuará evaluando la inmunidad de las personas vacunadas a los cuatro y seis meses, y al año de aplicada la primera dosis.