Enfocada «en disminuir la dependencia de las importaciones, potenciar la capacidad productiva, el uso de la ciencia, la tecnología y la innovación, y desarrollar sistemas alimentarios eficientes y sostenibles a nivel local», Cuba avanza en la implementación de un plan nacional que conduzca a su soberanía alimentaria y a una mejor educación nutricional.
Enfocada «en disminuir la dependencia de las importaciones, potenciar la capacidad productiva, el uso de la ciencia, la tecnología y la innovación, y desarrollar sistemas alimentarios eficientes y sostenibles a nivel local», Cuba avanza en la implementación de un plan nacional que conduzca a su soberanía alimentaria y a una mejor educación nutricional.
Así lo afirmó el miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, al intervenir en el foro virtual internacional La asistencia del arroz híbrido y la seguridad alimentaria del mundo.
Denunció el enorme obstáculo que, para este propósito, representa el bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de Estados Unidos contra nuestro archipiélago, «con el objetivo de provocar hambre y desesperación a nuestro pueblo», y que no solo «vulnera nuestro derecho al desarrollo, sino también nuestro derecho a la vida».
Sin embargo, destacó cómo Cuba avanza en sus objetivos, a pesar de esa política hostil, y de los factores combinados de la crisis alimentaria global.
Marrero Cruz calificó de inmoral «que en el mundo se produzcan alimentos suficientes para abastecer a todos, pero se derrochen de forma insostenible y su distribución no sea equitativa».
Citó datos de la FAO que dan cuenta de cómo, en 2021, entre 702 millones y 828 millones de personas fueron afectadas por la malnutrición, de ellos, 56,5 millones de la región de América Latina y el Caribe, y resaltó que África soporta la mayor carga, con 278 millones de personas malnutridas, mientras que menos del 2,5 % proviene de América del Norte y Europa.
Lamentó que también se esté «retrocediendo en los esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas, así como en el cumplimiento del objetivo de desarrollo sostenible sobre el hambre cero, para 2030».
El Primer Ministro agradeció la contribución que Cuba ha recibido de China: «donaciones de maquinarias y materiales de producción agrícola para la mejora del sistema productivo, así como el intercambio académico sobre temas como el cultivo del arroz híbrido en suelos salinos, de especial relevancia para enfrentar los efectos adversos del cambio climático».
Exaltó «las contribuciones positivas de China en materia de seguridad alimentaria a escala global, atendiendo a que solo con el 9 % de las tierras cultivables del planeta, alimenta a cerca del 20 % de la población mundial, así como el éxito alcanzado en la lucha por la erradicación de la pobreza extrema».
Subrayó la relevancia de la plataforma china de cooperación de innovación colaborativa abierta, denominada Centro de Innovación de Agricultura Sostenible China-América Latina, «para apoyar a las instituciones de industria, universidad e investigación».
Marrero Cruz afirmó que la única solución al doloroso drama humano del hambre «es transformar, de manera urgente, radical y sostenida, los irracionales e insostenibles patrones de producción y consumo del capitalismo, para que la humanidad pueda salvarse a sí misma».