Moscú no suministrará petróleo a los países que se sumen a la introducción de un techo de los precios del combustible ruso, reiteró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova. La UE busca introducir esta medida, pero los Estados miembros todavía no se han puesto de acuerdo sobre la cifra límite.
«Hemos dicho en repetidas ocasiones que la introducción del llamado techo de los precios del petróleo ruso es una medida antimercado, que interrumpe las cadenas de suministro y puede complicar considerablemente la situación de los mercados energéticos mundiales. Rusia no planea suministrar petróleo a los países que se unan al cártel de compradores», declaró María Zajárova.
Añadió que los intentos de la Unión Europea (UE) de fijar un techo de precios a los transportistas energéticos rusos con «motivos ladronzuelos», sientan un peligroso precedente para el mercado energético y el comercio mundial en su conjunto.
«Muchos países productores de petróleo también se oponen a esta medida, solo que entienden que hoy esta medida está dirigida contra Rusia, mañana por motivos políticos o económicos ladronzuelos pueden aplicarla a cualquier otro país», expresó la vocera.
La diplomática subrayó que el dictado del precio del crudo, socava el sistema de comercio mundial y sienta un peligroso precedente no solo para el mercado energético, sino para el comercio internacional en general.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov confirmó las palabras de la Cancillería rusa y agregó que deben realizarse análisis adicionales.
«La posición de Moscú es no suministrar petróleo a los países que se sumen al techo de precios, pero realizará análisis adicionales en función de los precios del mercado», explicó.
La idea de imponer un tope de precios en las adquisiciones de petróleo ruso fue propuesta hace varios meses por Washington. A su vez, la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, aseguró que el rango de los 60 dólares por barril sería probablemente suficiente para reducir los ingresos energéticos de Moscú y permitir al mismo tiempo una producción rentable. Desde entonces, los países europeos no pueden ponerse de acuerdo sobre un límite superior.
La UE vive una crisis energética por los altos precios del gas, derivados de las sanciones impuestas a Rusia, esto ha disparado las facturas de la electricidad. Las sanciones antirrusas de Bruselas están acelerando también el alza de los precios de los alimentos y los combustibles.
Fuente: Sputnik