Antes del inicio de la operación especial militar de Rusia para proteger la región del Dombás, no estaba del todo claro cuán peligrosas eran las actividades de los laboratorios estadounidenses en Ucrania.
Ahora han surgido pruebas irrefutables de que sus actividades son de carácter militar y violan radicalmente las obligaciones de los Estados Unidos y los países que cooperan con él, en virtud de la Convención sobre Armas Biológicas y Toxínicas (CABT).
Un nuevo escándalo ha estallado sobre ese tema. El 10 de noviembre, Judicial Watch informó que había recibido un grupo de registros de 345 páginas, propiedad de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa (DTRA, por sus siglas en inglés), componente del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
La ONG pudo acceder a la información gracias a la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés).
Los documentos ofrecen datos de Black&Veatch, la contratista estadounidense vinculada a estos proyectos, que involucra financiamiento a trabajos con laboratorios de bioseguridad en Ucrania.
Hay que destacar que docenas de las página proporcionadas por el Pentágono fueron editadas, cumpliendo con la legislación estadounidense.
De todas formas, la información sirvió para confirmar que Estados Unidos implementó un sistema de control de activos patógenos en Ucrania y financió laboratorios de ántrax, todo con unos fondos de más de 11 millones de dólares.
Lo que muestra específicamente Judicial Watch son informes sobre la implementación en Ucrania de sistemas de control de activos de patógenos (PACS, por sus siglas en inglés), que fue llevado a cabo «sobre el terreno», es decir, en laboratorios ucranianos, en tres etapas.
El PACS es un programa desarrollado por Black&Veatch en «estrecha colaboración» con la DTRA del Pentágono para «prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva en los antiguos estados soviéticos», según dice el sitio web de la empresa.
El sistema registra, maneja y monitorea agentes biológicos en laboratorios públicos y privados. Esto le permite al Pentágono monitorear la ubicación y uso de patógenos peligrosos en los países fronterizos con Rusia que implementen el PACS.
Las capacitaciones de los laboratorios ucranianos para trabajar con el programa PACS se realizaron entre los años 2018 y 2019. Entre los participantes en las capacitaciones se encuentran empleados de Black&Veatch y una lista completa de funcionarios de laboratorios ucranianos cuyos datos personales han sido eliminados, pero aparecen los cargos:
- Investigador Senior Laboratorio de Infecciones Anacrobias.
- Investigador Líder Laboratorio de Infecciones Anacrobias.
- Investigador Senior Laboratorio de Infecciones Anacrobias.
- Investigador Laboratorio de Infecciones Anacrobias.
- Laboratorio veterinario líder en infecciones anacrobias.
- Investigador Titular Laboratorio de Enfermedades Bacterianas Animales.
- Jefe de Laboratorio de Ántrax.
- Investigador Laboratorio de Ántrax.
- Científico Investigador Senior Laboratorio de Micotoxicología.
- Laboratorio veterinario líder en micotoxicología.
- Investigador Junior Laboratorio de Leptospirosis.
- Auxiliar de Laboratorio Laboratorio de Neuroinfecciones.
- Investigador Científico Sector de Relaciones Internacionales y Geoinformación
Al mismo tiempo, como parte de la capacitación, el 28 de diciembre de 2018 se llevaron a cabo actividades de investigación en el laboratorio ucraniano de ántrax, cuyos detalles no fueron revelados.
Judical Watch también reseña un informe de Black&Veatch con fecha del 19 al 21 de diciembre de 2018, que afirma que la empresa completó la etapa final de implementación de PACS en el Instituto de Medicina Veterinaria Experimental y Clínica de la Academia Nacional de Ciencias Agrarias de Ucrania.
El sitio estaba completamente operativo con todas las funciones de PACS.
Entre las páginas publicadas hay diez informes titulados «Informe sobre la transferencia de bienes del Gobierno de los Estados Unidos» entre la DTRA y un nombre que aparece eliminado, pero que muy probablemente se trate de Ucrania.
Los documentos publicados por Judicial Watch confirman una vez más la cooperación de Washington y Kiev en el ámbito militar-biológico, así como los intentos de establecer un control sobre los agentes patógenos en los laboratorios ucranianos mediante la aplicación del PACS.
Además, se ha comprobado una vez más la financiación de las actividades de estos laboratorios y su dotación con «activos del gobierno estadounidense». Aparecen grandes sumas de dinero en los informes publicados, además de nombres de enfermedades peligrosas, nombres de laboratorios e institutos de investigación virológica en Ucrania, el Pentágono, su agencia DTRA y su contratista Black&Veatch.
El hecho mismo de que los documentos hayan sido cuidadosamente editados y la información comprometedora eliminada de ellos, permite abrir la imaginación hacia cualquier opción sobre los objetivos perseguidos por la Casa Blanca en el curso del trabajo en laboratorios biológicos en Ucrania.
Las impresiones de Tom Fitton, presidente de Judicial Watch, le dan más peso a la idea de la experimentación con patógenos peligrosos por parte de Estados Unidos:
«Estos nuevos documentos arrojan una luz muy necesaria sobre la participación de EEUU en el manejo de patógenos en los biolaboratorios ucranianos», dijo Fitton.
Por otro lado, la Duma Estatal de la Federación Rusa informó que hubo una reunión de expertos de la comisión parlamentaria que investiga la labor de los biolaboratorios estadounidenses en el suelo ucraniano. La copresidenta de la comisión, Irina Yarovaya, declaró:
Está claro cómo se ha implementado metódicamente un sistema de control de patógenos en Ucrania con la ayuda de los médicos militares. Se ha confirmado la financiación de los laboratorios de ántrax y se ha revelado la nomenclatura del personal que participó en el entrenamiento.
La parlamentaria dijo que hay muchos motivos para pensar que los laboratorios ucranianos «pueden utilizarse para preparar y llevar a cabo sabotajes biológicos y actos de terrorismo biológico». Y añadió que, en el marco de la IX conferencia de los estados firmantes de la CABT, el Gobierno ruso hará el mayor esfuerzo para llamar la atención de la comunidad mundial sobre esta peligrosa amenaza, «que es mucho más grave que cualquier tipo de armas de destrucción masiva».
Las actividades oficiales del Pentágono en Ucrania, que la institución describe como de prevención ante amenazas de salud pública, son solo una fachada para investigaciones biológicas y militares ilegales.