Antonio Rondón | Prensa Latina
La Unión Europea (UE) cierra el año 2023 con la discusión del duodécimo paquete de medidas punitivas unilaterales contra Rusia, que causan un efecto de autofagia económica y negativas consecuencias sociales.
El significado científico de la autofagia aplicado a la UE, está un poco lejos de la realidad económica. Aquí no se trata de eliminar células enfermas para mejorar al organismo, sino del daño de países europeos a su economía en el afán de mantener una política antirrusa.
La jefatura de la UE preparó una despedida del 2023 con otro paquete diseñado para boicotear la compra de diamantes a Rusia, aplicar con más eficiencia un techo a los precios del crudo y evitar evasión del castigo por Moscú.
El 25 por ciento de los diamantes comercializados en el orbe se produce en el gigante euroasiático, poseedor de una de las minas más grandes de ese mineral, la Mir, en la república de Saja (Yakutia).
Aun con la aplicación de unas 11 mil medidas unilaterales por la UE, Rusia logró ingresos de 44 mil 470 millones de dólares en los primeros ocho meses del año y solo por la venta de hidrocarburos, mientras que su economía quedó entre las 10 primeras del orbe.
De hecho, los ingresos generales de Rusia en 2023 llegaron a los 75 mil millones de dólares. La UE presenta un decrecimiento de su producción industrial de 0,9 por ciento, mientras que la de Rusia creció en 5,6, reconoce Bloomberg.
Rusia llegó a acumular un intercambio comercial con el bloque europeo en 2021 por encima de los 500 mil millones de euros, mientras que para este año esa cifra podría reducirse a 50 mil millones y en 2024, tender a cero.
En el último trienio, la cifra de las pérdidas de la UE por la aplicación de sanciones contra Moscú se calcula en un billón 500 mil millones de euros.
Además, la subida de los energéticos y de la inflación, así como la pérdida de puestos laborales, tuvieron consecuencias para varios países como en el caso de Alemania y Francia.
Tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, como el canciller federal alemán, Olaf Scholz, acumularon sendos parámetros de antipopularidad superiores al 70 por ciento.
Un estudio reciente del Eurobarometer del bloque comunitario, demostró que el efecto bumerán de las sanciones económicas contra Rusia tocaron al estado emocional de muchos europeos, pues se estima que el 62 por ciento de ellos tuvo algún tipo de trauma síquico.
En 2020, Rusia suministró a la UE más de 200 mil millones de metros cúbicos (40 por ciento del consumo de ese combustible) y 540 millones de toneladas de crudo y sus derivados. El bloque debe garantizar ahora casi todos esos hidrocarburos con otros suministradores.
Pese a ello, el onceno paquete de sanciones de la UE contra Rusia, aprobado en junio de este año, propuso ampliar el boicot a la compra de crudo ruso, en esta ocasión del proveniente por la veta sur del oleoducto Druzhba, así como el cierre del paso a rastras con mercancías desde el gigante euroasiático.
En medio de la cruzada europea contra Moscú, que llevó al alza de las tarifas energéticas, varias empresas importantes como la alemana Basf, líder de producción de químicos y fertilizantes, comenzaron su emigración a Estados Unidos.
De esa forma, el diferendo UE-Rusia concluye este 2023 con retos para el bloque comunitario, empeñado en involucrar en la guerra económica a otras naciones, aunque es cada vez más palpable el fracaso de la política de aislar a Moscú.