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* El aviso de Putin sobre las posibles consecuencias de los ataques contra el territorio ruso con armas occidentales no admite dobles lecturas, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El aviso del presidente ruso, Vladímir Putin, sobre las posibles repercusiones de los ataques en el interior de Rusia con armas occidentales es «extremadamente claro» y no admite dobles lecturas, comentó este viernes el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
Asimismo, Peskov afirmó que en el Kremlin no hay dudas de que el mensaje del mandatario llegó sin duda «a sus destinatarios».
En la jornada de ayer, Putin declaró a la prensa que la decisión de permitir a Ucrania atacar la profundidad del territorio ruso internacionalmente reconocido con armas de largo alcance, significaría que los países de la OTAN «están en guerra con Rusia».
«Si se toma esta decisión, significará, nada menos, la implicación directa de los países de la OTAN […] en la guerra de Ucrania. Esta es la implicación directa», destacó.
«Y si es así, con vistas a cambiar la naturaleza del conflicto, tomaremos la decisión adecuada en función de las amenazas que se nos planteen», aseguró el mandatario ruso.
De acuerdo con Putin, el Ejército ucraniano «es incapaz de realizar ataques con modernos sistemas de precisión de largo alcance de fabricación occidental por sí solo» y los ataques son posibles únicamente mediante el uso de datos de inteligencia de los satélites de la OTAN, de los que Kiev no dispone.
Además, «estos sistemas de misiles solo pueden ser pilotados por personal militar de la OTAN», agregó.
«Así que no se trata de permitir o no al régimen ucraniano que ataque a Rusia con esas armas. Se trata de decidir si los países de la OTAN deben o no implicarse directamente en el conflicto militar», subrayó.
Mientras tanto, el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, se reúne este viernes con el presidente de EEUU, Joe Biden, para debatir si se debe permitir el uso de misiles occidentales en los ataques contra Rusia, reporta Reuters.
Anteriormente, The Times informó, citando a dos personas familiarizadas con el asunto, que Washington podría permitir a Kiev que utilice misiles británicos y franceses de largo alcance para atacar en profundidad a Rusia, pero no misiles estadounidenses, «con la esperanza de evitar una mayor escalada del conflicto».