Migrantes: El rostro del subempleo y la explotación en EEUU

 

Manuel Valdés Cruz | Granma

Médicos que trabajan de auxiliares, ingenieros de albañiles, abogados de asistentes administrativos o docentes de cuidadores de niños. El proceso de transnacionalización del capital, producto de la aplicación del neoliberalismo, ha profundizado la crisis integral del sistema, incluyendo los métodos de explotación de la fuerza de trabajo a nivel mundial.

A través de los procesos migratorios fluye hacia los países capitalistas un importante capital humano. En 2022, Estados Unidos alcanzó la cifra récord de 46,2 millones de inmigrantes, lo que significa el 13,9 % de la población total, según el informe más reciente de la Oficina del Censo.

De esa cifra, unos 14,1 millones (el 35 % de los adultos mayores de 25 años), contaban al llegar a suelo estadounidense con un título de nivel superior. Sin embargo, el 20 % estaba desempleado o vivía de empleos que requerían, como máximo, un diploma de secundaria.

El Instituto de Política Migratoria (MPI, por su sigla en inglés), con sede en Washington D.C., indica que al menos 2,1 millones de migrantes son subempleados y más de un tercio de ellos, 446,000, son latinoamericanos.

La situación es especialmente adversa para este segmento, que constituye el colectivo con mayor proporción de trabajadores subempleados con educación universitaria en Estados Unidos, alcanzando el 32 %.

Aunque continúan representando casi la mitad (47,6 %) de la fuerza laboral inmigrante, los trabajadores hispanos nacidos en el extranjero ganan el 83,6 % del sueldo promedio de los nativos, indica un reciente estudio del Departamento de Trabajo.

En total, los extranjeros subempleados en EE. UU. pierden cerca de 40,000 millones anuales en salarios no percibidos.

En la posibilidad de un contrato de trabajo también influyen el obtener la regularización del estatus migratorio, el dominio del idioma y la posibilidad de revalidar los conocimientos adquiridos.

Además, los profesionales de más rápida aceptación son los vinculados con las finanzas para consultores, analistas de negocios o gestores comerciales, y los profesionales de las tecnologías de la información.

Médicos, farmacéuticos y especialistas de la Salud en general, así como juristas y abogados, se encuentran entre las profesiones más difíciles de retomar en Estados Unidos, señala una investigación periodística de BBC.

La selectividad es reflejo de la incapacidad estadounidense para organizar un mercado de trabajo apropiado, en una sociedad que ha abandonado la producción de bienes materiales en función de la especulación y la guerra.

La salida ha sido criminalizar al migrante, como si la migración no fuera un problema creado por las propias políticas del capitalismo, que ahora tras el negocio rentable de saquear las fuerzas productivas para explotar a los países subdesarrollados, lo convierte en un problema de seguridad nacional, a debate hoy.