La naturaleza entreguista de los partidos políticos y organizaciones de derecha está propiciando una vez más la intromisión foránea en los asuntos internos del país, al exigir a la Organización de Estados Americanos (OEA), que venga a evaluar el sistema electoral nicaragüense, pese a que la misión de ese organismo es atender invitación a observar procesos electorales.
La prueba de este nuevo intento de invasión a nuestra soberanía, es una carta en la que el Director para la Cooperación y Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), Gerardo Icaza, le contesta a estos grupos pro intervención informándoles que ya han recibido toda la información sobre lo relacionado al sistema electoral en Nicaragua.
En la misiva no solo se pone de manifiesto que esa dependencia de la OEA posee todos los datos enviados por la partidos políticos y organizaciones de derecha relacionados a la organización y funcionamiento del Poder Electoral nicaragüense, sino que el funcionario se compromete en nombre de ese organismo regional a “fortalecer los sistemas y procesos democráticos”.
Claro, fueron las ONG opositoras
Lo que también se destaca en el escrito enviado por Icaza a estos grupos, es que les asegura que sus actuaciones están no solo respaldadas sino que instruidas por el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quien también tiene en sus manos la información enviada donde ponen al tanto de todo lo concerniente a la situación que en materia electoral sucede en Nicaragua.
Todas estas informaciones, de uso exclusivo del Estado de Nicaragua, en donde de mala fe se pone en tela de duda la capacidad y objetividad de nuestro Poder Electoral, fueron enviadas por la Coordinadora Civil, Movimiento por Nicaragua, Hagamos Democracia, Movimiento Autónomo de Mujeres, el PLI, el Centro de Investigación de la Comunicación y el MRS.
Estos grupos de derecha, en su labor antipatriótica, no solo se dieron a la tarea de injuriar a nuestro sistema electoral, sino que la arremetieron contra el FSLN y el Gobierno de Nicaragua, a los que con su intento de desprestigiarlos quieren justificar sus pretensiones de intervención por parte de la OEA, retorciendo aspectos de un acuerdo relacionado con la Misión de Observación Electoral.