A la oposición de Venezuela y de Nicaragua las unen los mismos financistas

El Departamento de Estado norteamericano también tiene sus títeres en Nicaragua, bailando al son del dólar oenegero. El flujo de billetes se traduce en desestabilización y hasta en revolución de colores, sin embargo el gobierno de Daniel Ortega ha enfrentado las dificultades ante los recursos asimétricos del Imperio.

 

Bien conocía Sun Tzu que en una guerra laboriosamente llevada no había cabida para las casualidades. Asimismo lo saben en la Casa Blanca, y sobre todo los que toman las decisiones: el poder financiero que ve en riesgo sus intereses energéticos y comerciales, pero sobre todo políticos, en Nicaragua y Venezuela.

El secretario de Estado, para los casos ordenados por Wall Street y cía, funge como un financista eficaz, es decir, que pone el dinero en operadores cooptados o formados para la causa política a conveniencia de la política exterior establecida por el Imperio. Las ONGs son las fachadas «independientes» que se benefician de la ayuda financiera, y que tienen objetivos claros en el marco de la guerra como recursos asimétricos. Sin embargo, los partidos políticos también se prestan para el holgado bolsillo dolarizado.

No es mera especulación. Misión Verdad ha reportado los casos convenientes al contexto del país. Y el caso nicaragüense, como el venezolano, no está exento de estos financiamientos de entes gubernamentales estadounidenses.

Dólares y violencia: un mismo lenguaje

Los siguientes datos provistos por el periodista sueco Dick Emanuelsson confirman el financiamiento del Departamento de Estado (vía NED y Usaid) y del Instituto Nacional Demócrata (IND, del partido de Hillary Clinton), por sólo nombrar dos, a los partidos claves de lo que llaman la «Coalición Democrática» y mediatizadas ONGs en Nicaragua.

La ONG Movimiento por Nicaragua, que se dice defensora de los derechos de la «sociedad civil» contra «la dictadura sandinista» y que convoca más a la canalla mediática que a gente en la calle, tiene como financista, además de la NED, la Usaid y el IND, como ya se ha dicho, también la embajada de EEUU en Managua (ciudad capital de Nicaragua), la Open Society Foundations de George Soros a través de la red Probidad, el Instituto Republicano Internacional (IRI) y la embajada de Japón, país rival -geoestratégicamente hablando- de la República Popular China.

Igualmente la ONG Comisión Permanente de Derechos Humanos, con la representación de su director ejecutivo Marcos Carmona, ha recibido un buen fajo de billetes (más de 20 mil dólares nada más en 2008, y Emanuelsson recalca que esa suma equivale a 25.671 salarios mínimos por mes) por parte de la Usaid.

Otra ONG, el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, ha recibido de la NED hasta más de 50 mil dólares desde 2005, y ha contado con el apoyo del NDI, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el IRI para la organización de mítines.

Tanto el Partido Liberal como el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) se han enlodado en la misma cloaca financiera, y los mismos dirigentes del MRS han declarado públicamente que han habido marchas y reuniones auspiciadas por el IRI.

Los intereses de diversos republicanos en la historia nicaragüense han sido revelados desde la década de 1980. Resume el periodista sueco: «Este organismo (el IRI) fue dirigido hasta su muerte (7 de diciembre del 2006) por la ardiente anticomunista Jean Jordan Kirkpatrick. Esta señora era la embajadora de EEUU ante la ONU en 1983 cuando su patrón, el presidente Ronald Reagan, sembró minas en el golfo de Fonseca e impedía a los barcos entrar al principal puerto de Nicaragua en la costa pacífica, el puerto de Corinto. (…) Los republicanos y los voceros Reagan & Kirkpatrick intentaban con las minas ahogar al pequeño país centroamericano. El pueblo nicaragüense fue víctima de innumerables matanzas realizadas por los ‘Contras’, dirigidos por otro republicano, el embajador John Negroponte, desde la capital hondureña. Más de 50 mil nicaragüenses fueron vilmente asesinados por la guerra de Reagan y los republicanos durante la década de 1980».

En Nicaragua y Venezuela existe un monitoreo extranjero evidente de financiación con respecto a la oposición

La lista de organizaciones financiadas por diferentes organismos del gobierno de Wall Street, perdón, de la Casa Blanca es larga, pero no por ello menos peligrosa. El prontuario republicano ha mantenido una línea ofensivamente violenta, sea con fachada paraca o civil, que no cesa de agredir a la Revolución Sandinista.

¿Qué tiene que ver Nicaragua con Venezuela?

Pero no todo es financiamiento sino también operatividad y eficacia a la hora de aportar los dólares. El IRI y la NED han estado detrás de los golpes de Estado de Honduras (2009) y de Haití (2004).

No parece periódico de ayer, justamente porque estas instituciones tienen relaciones con actores específicos de la MUD por la vía del financiamiento: el partido Voluntad Popular y el IRI, de hecho, tienen un lazo fuerte que involucra apoyo a Leopoldo López y premios a Lilian Tintori y a Antonieta de Mendoza en nombre del bautizado Monstruo de Ramo Verde.

Asimismo, la directora para América Latina y el Caribe de la NED, Miriam Kornblith (ex vicepresidenta del CNE, debido a que tiene nacionalidad venezolana), ha entregado dólares en las manos, directamente, a operadores políticos de la MUD, como lo denunció del diputado Diosdado Cabello en su programa de televisión. Algunos de los beneficiarios fueron en aquella oportunidad:

la Asociación Civil Kape Kape, ONG que supuestamente atiende a los pueblos indígenas del estado Bolívar;

 Jorge Altafe, coordinador municipal de Alianza Bravo Pueblo;

 Braulio Medina Alonso de Copei;

Julián Briceño de Primero Justicia;

Rubén González, dirigente sindical de la Ferrominera Orinoco.

Por otro lado, Cabello había dicho que «la mayoría de los dirigentes políticos que asistieron a la reunión son candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de cara a las elecciones parlamentarias de 2015», es decir, los mismos que ahorita están sentados en las curules con mayoría en la autosaboteada Asamblea Nacional.

Sin embargo, ese tan sólo fue un episodio, encubierto por la mediocracia «venezolana», ya que se ha demostrado que la NED ha entregado más 15 millones de dólares en los últimos 10 años a ONGs directamente vinculadas con la MUD. La cantidad de instituciones, desde la NED, pasando por Freedom House y Open Society Foundations, hasta la Fundación Konrad Adenauer, es larga, y todas cuentan con millones de dólares y euros para el financiamiento directo al antichavismo local e indirectamente a través de las ONGs.

Que en Nicaragua y Venezuela exista un monitoreo tan expedito, evidente y de financiación con respecto a la oposición de las respectivas naciones sólo significa que comparten también el mismo nivel de mediocridad que requiere tantos apoyos externos para poder derrocar nuestros gobiernos populares y asesinar los pueblos en revolución (el pueblo chavista es en Venezuela lo que es el pueblo sandinista en Nicaragua), y que son dos países claves dentro del reacomodo geoestratégico del fascismo corporativo y los bancos de Occidente. No en balde Luis Florido declara desde Nicaragua que la «situación del Parlamento (de allá) es similar a la de la AN venezolana».

Venezuela es la entrada al Sur de América (que aún no lo es del todo de los norteamericanos) y representa las reservas de gas y de petróleo más grandes del continente; y Nicaragua cuenta con la alianza china para conformar una futura ruta comercial que, según los portavoces de la Casa Blanca, no puede caer en manos ajenas.

Las cartas están evidentemente echadas en esta guerra regional, y nada parece producto del azar.

 

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