Desde antes del inició de la operación militar Rusia había sido objeto de sanciones por parte de EE.UU. en un intento de presionar a Moscú para que desistiera de operar sobre el este ucraniano.
Este 24 de febrero se cumple el primer año de la operación militar especial de Rusia en la región del Donbás en el este de Ucrania, para proteger a la población civil y rusos de las agresiones por parte de Kiev.
Desde antes del inicio de la operación rusa, Estados Unidos junto a sus aliados occidentales habían anunciado la asistencia y cooperación militar a Kiev para presionar a Rusia de no tomar acciones para la protección de sus ciudadanos y su seguridad nacional.
Rusia venía denunciado a EE.UU. y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de forzar la situación en Ucrania y atentar contra la seguridad territorial al aumentar la presencia militar en varios países limítrofes con el país euroasiático.
Objetivos de la operación
Hace un año, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la decisión de emprender»una operación militar especial» para defender el Donbás, detallando que el objetivo de la operación es la de proteger a la población civil de los abusos y agresiones por parte de Ucrania en los últimos ocho años.
Putin indicó que otro de los objetivos es desmilitarizar y desnazificar Ucrania, así como llevar ante la justicia a quienes han cometido crímenes y masacres contra la población civil, incluidos ciudadanos rusos.
El presidente ruso señaló que la presencia de fuerzas militares extranjeras en Ucrania, llevó a Moscú a actuar de manera inmediata y comentó que las repúblicas populares del Donbás solicitaron la ayuda de su país. También afirmó que Rusia no puede existir con una amenaza constante desde el territorio ucraniano.
Antecedentes de la operación militar especial
Tras el golpe de Estado de 2014 en Ucrania que llevó a la salida del poder de Víktor Yanukóvich, EE.UU. junto a sus aliados emprendieron acciones para acusar a Rusia de emprender una nueva acción militar, con el objetivo de aislarlá internacionalmente y hacerse de sus recursos naturales y del gás.
La guerra proxy (por encargo) en Ucrania comenzó en 2014 cuando sucedió el golpe de Estado de Maidan en Ucrania, diseñado por los Estados Unidos, la OTAN y sus aliados occidentales.
Cuando ocurrió el golpe, con los ultranacionalistas ucranianos en el poder, la población en la región de Crimea avanzó en su proceso político para separarse de Ucrania y adherirse a Rusia mediante una consulta popular.
En el este de Ucrania la población principalmente rusa fue objeto de represión por parte de las fuerzas ultranacionalistas de Kiev. Iniciaron la rusofobia y la represión extrema de las poblaciones de habla rusa, con el infame caso de los neonazis asociados con el Batallón Azov que hicieron estallar a 40 personas en un edificio público.
Así surgió una guerra civil en Ucrania, entre Kiev y la región del Donbás en el este del país. En este conflicto fallecieron alrededor de 14.000 personas principalmente en el este del país, mientras que alrededor de 2.5 millones de refugiados llegaron a Rusia.
Según el exoficial del Cuerpo de Marines estadounidense, Scott Ritter, EE.UU. llevaba muchos años prestando a Ucrania ayuda militar por una suma de entre 100 y 300 millones de dólares anuales.
Para finales de 2021, Kiev concentró en las fronteras de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk a 150.000 militares para llevar adelante una operación militar a gran escala en la región del Dónbas y Crimea.
Para analistas la intención del operativo era la de instalar una base militar para presionar a Rusia.
Ante estos hechos, Rusia lanzó la operación militar especial, atacando objetivos de importancia estratégica como polígonos militares, fábricas, depósitos de armamento, aeródromos y centros logísticos.
Avance de las fuerzas rusas en el este de Ucrania
De acuerdo a datos del Ministerio de Defensa de Rusia, desde el inicio de la operación militar especial en el este ucraniano, las fuerzas rusas han tomado el control de las provincias del sur ucraniano de Jersón y Zaporiyia.
A un año del inicio de la operación militar, Rusia controla casi el 15 por ciento del territorio ucraniano, que colindan con el mar Negro.
En el primer año de la operación militar especial, Rusia ha destruido 405 sistemas de defensa aérea, 4.199 cañones de artillería, 388 aviones de combate, 210 helicópteros, 8.009 tanques y vehículos blindados.
Laboratorios biológicos de EE.UU. en Ucrania
En el primer mes de la operación militar rusa en el este y sur de Ucrania, Rusia anunció el descubrimiento de laboratorios biológicos financiados por EE.UU. en las regiones del Dónbas.
Según Moscú, Estados Unidos habría puesto en marcha una operación de 2.100 millones de dólares para explorar algunos de los virus más mortíferos, en al menos 30 laboratorios, patrocinados por el Pentágono y por empresas Southern Research Institute, Black & Veatch y Metabiota Inc.
Los laboratorios biológicos eran operados por el programa militar de la Agencia de Reducción de Defensa de Amenazas de EE.UU., misma que financia 15 laboratorios biológicos en Ucrania, según diversas fuentes.
Para septiembre del 2022, la cartera de Defensa rusa acusó a EE.UU. de pretender transferir los programas de armas biológicas de Ucrania a Europa del Este.
En noviembre pasado, Rusia presentó una propuesta ante la ONU para investigar actividades de laboratorios biológicos estadounidenses en Ucrania para el desarrollo de armas biológicas, las mismas que habrían violado la Convención sobre Armas Biológicas, firmada en 1975.
Diálogos Rusia Ucrania
Al ofrecer su discurso anual ante la Asamblea Federal, el presidente Vladímir Putin, afirmó que desde el 2014, su Gobierno hizo todo lo posible para resolver el conflicto entre Donbás y Kiev.
«Hicimos todo lo posible, realmente todo lo posible, para resolver este problema por medios pacíficos. Estuvimos negociando pacientemente una salida pacífica a este conflicto tan difícil. Pero a nuestras espaldas se estaba preparando un escenario completamente distinto», expresó Putin.
El mandatario aseguró que la respuesta a los esfuerzos de Rusia por evitar la escalada del conflicto en la región del este ucraniano fue «inarticulada o hipócrita» por parte de occidente.
Al concluir, el presidente ruso se comprometió a hacer todo lo posible para garantizar que la paz retorne a las nuevas regiones de Rusia y que la población se sienta segura.
Respuesta de Occidente
Desde antes del inició de la operación militar especial de Rusia, Moscú había sido objeto de sanciones por parte de EE.UU. y naciones europeas sobre su industria petrolera y gasífera en un intento de presionar al Kremlin para que desistiera de operar sobre el este ucraniano.
El pasado 5 de febrero entró en vigor la prohibición de importar diésel y otros derivados petrolíferos de Rusia en la Unión Europea.
Sin embargo los esfuerzos por asfixiar financieramente a Rusia por parte de occidente, ha llevado al encarecimiento de los precios del crudo y de la energía en Europa, ya que la mayoría del gas consumido en el continente europeo procede desde el territorio ruso.
Además de las sanciones, EE.UU. y sus aliados han enviado armamento y fondos a Ucrania ayudando a prolongar el conflicto, bajo el argumento de defender la soberanía ucraniana.
En su visita a inicios de esta semana del presidente estadounidense Joe Biden anunció que destinará más fondos millonarios para Ucrania.
El pasado 19 de enero, Washington anunció un nuevo paquete de armamento por valor de 2.500 millones de dólares para las FF.AA. ucranianas.
No solo EE.UU. ha apoyado con armas y dinero a Ucrania, esta semana España se comprometió a enviar seis tanques.
Acusaciones falsas contra Rusia
En un intento por manipular la opinión pública en contra de Rusia, occidente ha responsabilizado a las fuerzas rusas de supuestos crímenes y masacres en el territorio ucraniano, como los hechos acaecidos en la ciudad de Bucha.
Haciendo uso de los medios de comunicación hegemónicos, el Gobierno ucraniano y sus aliados acusaron a Rusia a matar a cientos de civiles en la ciudad de Bucha, el representante de Rusia en la ONU, Vasili Nebenzia, presentó pruebas que demostraron que Rusia no tuvo nada que ver con el hecho.
«Los militares rusos no tienen nada que ver con las atrocidades contra civiles en Bucha (…) tenemos pruebas fácticas que apoyan esta posición y vamos a presentarlas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas», destacó Nebenzia.
El diplomático ruso reiteró en aquella oportunidad que la Policía ucranina había compartido un vídeo donde ilustra a los militares nacionales entrando a Bucha, «en ese vídeo no habían cuerpos en las calles, tampoco hablaban de masacres», agregó.
Las acusaciones falsas sobre Bucha, se repitieron cuando acusaron a las fuerzas rusas de atacar supuestos objetivos cerca de la frontera entre Ucrania y Polonia.
Este hecho también demostró que el supuesto ataque fue manipulado con la intención de responsabilizar a Rusia de masacres.
Rusia no es único país que ha sido objeto de este tipo de operaciones, pues EE.UU. lo ha puesto en marcha en Siria, cuando acusó al Gobierno de Bashar al Assad de haber atacado con armas químicas la ciudad de Alepo.