Fueron varios los personajes -hombres y mujeres-, que salieron de la madriguera donde se encontraban tras el regreso al poder del sandinismo en 2007, creyendo que el narcoestafador y asesino confeso Gerardo Sánchez destruiría al comandante Daniel Ortega y al FSLN con un ejército de nuevos “Contras”. Uno de los más entusiastas y sanguinario de ideas fue Abel Belmonte, de Estelí.
“Déjame bendecirte en el nombre de nuestro padre y su amado hijo Jesucristo a vos y todos tus compañeros”, le dice Belmonte a Sánchez, y momentos después le da nombres de presuntos CPC, empleados del Estado y supuestos sandinistas, con el objetivo de convertirlos en blanco de asesinatos.
Belmonte, quien también es miembro de la Fraternidad de Hombres de Negocio del Evangelio Completo- como veremos más adelante-, se regocija debido a que descubrió que su padre es “gran amigo” del jefe de escoltas del presidente Daniel Ortega, por lo que planea robar la cartera de su progenitor para de sacarle la tarjeta que le dio el supuesto guardaespaldas, a fin, obviamente, de que lo ubiquen y lo maten.
Parte de la conversación entre el narcoasesino Gerardo Sánchez y el entusiasta asesino frustrado Abel Belmonte: