Archivos sobre muerte de Kennedy: mucho ruido y pocas nueces

 

RT

* Tras una orden ejecutiva de Donald Trump, se publicaron 1.100 archivos que proporcionan información sobre Lee Harvey Oswald, perpetrador del magnicidio, entre otros datos.

EE.UU. ha puesto a disposición del público más de 1.100 archivos gubernamentales desclasificados sobre el asesinato John F. Kennedy (JFK), ocurrido el 22 de noviembre de 1963, cuando del 35.º presidente estadounidense, su esposa y el gobernador de Texas desfilaban en una limusina presidencial descapotable por el centro de Dallas.

La mayoría de los archivos difundidos son escaneos de documentos, y algunos están borrosos o se han vuelto tenues y difíciles de leer tras las décadas transcurridas desde entonces, según indicaron historiadores a The New York Times. También hay fotografías y grabaciones sonoras, la mayoría de la década de 1960.

Los académicos esperan que esta avalancha de documentos resuelva, o al menos aclare, las últimas incógnitas sobre un suceso que sigue siendo objeto de teorías conspirativas seis décadas después.

Archivos relacionados con Lee Harvey Oswald

Entre el conjunto de documentos se encuentran numerosos archivos relacionados con el exinfante de Marina estadounidense Lee Harvey Oswald. El hombre –que fue asesinado a tiros en una comisaría de la ciudad dos días después de la muerte de Kennedy– fue declarado en 1964 el autor del magnicidio por una comisión dirigida por el entonces presidente de la Corte Suprema de EE.UU., Earl Warren. La Comisión Warren también concluyó que actuó en solitario.

En particular, los documentos revelan que la CIA seguía la pista de Oswald, que desertó en 1959 a la URSS y regresó a EE.UU. con una esposa rusa en 1962, antes del asesinato de JFK. Según una carta fechada en 1982, «en septiembre-octubre de 1963», Oswald «se dirigió a la Embajada soviética en Ciudad de México en un intento de obtener un visado que le permitiera regresar a la URSS».

«[Valeri] Kóstikov, como funcionario consular, tramitó esta solicitud de visado sin información. No tenemos ninguna información que indique alguna relación entre estos individuos que no sea con el propósito de que Oswald hiciera su visado», reza la nota, etiquetada como «secreto». Asimismo, señala que Kóstikov trabajó más tarde en México y fue «considerado por algunos como el más eficaz y peligroso de los oficiales de inteligencia» en el país latinoamericano. Sin embargo, la CIA llegó más tarde a la conclusión de que «no fue más que una sombría coincidencia» que él y Oswald cruzaran sus caminos.

Lee Harvey Oswald tras su arresto

Otro documento revela que poco menos de dos semanas antes del ataque, Oswald escribió una queja a la Embajada de la URSS en Washington: «Si hubiera podido comunicarme con la Embajada soviética en La Habana, como estaba previsto, la Embajada de allí habría tenido tiempo de completar nuestros asuntos», recoge New York Post.

Mientras, en un informe de la CIA, editado unos días después de la muerte de Kennedy, se afirmaba que Oswald intentó crear un pequeño grupo procastrista y buscó reclutas que compartieran sus opiniones sobre Cuba. El documento señala que Oswald preguntó a individuos si estaban «dispuestos a emprender acciones reales» en apoyo del líder cubano, Fidel Castro. Al parecer, calificó de «corrupta» la postura de Washington respecto a La Habana y consideraba que Castro estaba defendiendo a su pueblo de la agresión estadounidense.

La CIA en los documentos desclasificados

Algunos de los documentos también arrojan luz sobre el funcionamiento de la comunidad de inteligencia en la década de 1960, incluidos detalles sobre las bases secretas de la CIA en todo el mundo. Así, un documento de un lote que se remonta a marzo de 1964 muestra cómo la CIA siguió la pista de un artículo en un periódico italiano que afirmaba que la propia agencia estaba detrás del asesinato de JFK.

Otro documento describía cómo la CIA siguió la pista de un ciudadano cubano, nombrado como ‘AMFUANA-1’, que fue enviado a Cuba en 1961 antes de establecer una red de al menos 20 personas que ayudaron a elaborar más de 50 informes.

Al mismo tiempo, un manual desclasificado de la CIA de 1974 revela cómo la agencia rastreaba y clasificaba a individuos clave. El sistema, llamado ‘201’, asignaba a cada persona un número único y construía un dosier completo de informes, datos biográficos y notas operativas. Solo los objetivos de alto valor –agentes sospechosos, fuentes de inteligencia, operativos hostiles o personas que atraían mucha correspondencia– obtenían expedientes completos. Este sistema fue crucial para vigilar a Oswald y a otras personas antes del asesinato de Kennedy.

EE.UU. en Cuba

Por su parte, documentos del Departamento de Defensa de 1963 ofrecen información sobre la Guerra Fría a principios de la década de 1960 y las maniobras de Washington en América Latina tratando de frustrar el apoyo de Fidel Castro a las fuerzas comunistas en otros países, informa Reuters.

Los archivos sugerían que el líder cubano no llegaría tan lejos como para provocar una guerra con EE.UU. o escalar hasta el punto de «poner en peligro grave e inmediato al régimen de Castro». «Parece más probable que Castro intensifique su apoyo a las fuerzas subversivas en América Latina», concluye en uno de ellos.

Un documento publicado en enero de 1962, revela detalles de un proyecto de alto secreto llamado ‘Operación Mangosta’, o simplemente ‘Proyecto Cuba’, que fue una campaña dirigida por la CIA de operaciones encubiertas y sabotaje contra Cuba, autorizada por Kennedy en 1961, destinada a derrocar el régimen de Castro.

La publicación de los documentos tiene lugar después de que el actual presidente, Donald Trump, firmara a finales de enero una orden ejecutiva para desclasificar los archivos sobre los asesinatos, ocurridos en la década de 1960, de John F. Kennedy, de su hermano Robert Kennedy y del líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr., subrayando que «es de interés nacional hacer públicos todos los registros relacionados con estos asesinatos, sin demora»

Durante su primer mandato, el líder republicano había considerado desclasificar los documentos sobre la muerte de JFK de acuerdo con la Ley de Recopilación de Registros del Asesinato de Kennedy, que en 1992 estableció un plazo hasta 2017 para hacer públicos los archivos restantes. Ante la objeción del entonces director de la CIA y posterior secretario de Estado, Mike Pompeo, Trump publicó una parte de los documentos y pospuso la publicación del resto hasta octubre de 2021. Su sucesor, Joe Biden, también aplazó la desclasificación.