El celibato implementado desde el siglo XI será el punto más polémico de este encuentro de tres semanas en el Vaticano.
El papa Francisco ha inaugurado este 6 de octubre en Ciudad del Vaticano un encuentro de obispos que durante las próximas tres semanas debatirá la posibilidad de que se conviertan en sacerdotes ciertos hombres casados que viven en áreas remotas de la Amazonia.
El celibato sacerdotal, vigente desde el siglo XI, será el punto más polémico de este sínodo que cuenta con 260 participantes —obispos de la Amazonia, en su mayoría—, aunque también tiene previsto abordar el rol de las mujeres en la Iglesia.
Ya el documento de trabajo oficial abría la opción a «la ordenación sacerdotal para hombres maduros, preferiblemente indígenas, respetados y aceptados por sus comunidades, aunque tengan familias estables», en las zonas más remotas de la Amazonia.
Un sacerdote por más de 8.000 católicos
Durante su homilía en la misa en la Basílica de San Pedro, Jorge Mario Bergoglio no se refirió de manera específica al debate sobre el celibato, pero pidió a la Iglesia que considere la innovación pues, si todo continúa igual, «el regalo se desvanece, sofocado por las cenizas del miedo y la preocupación por defender el ‘statu quo'», recoge el diario The Wall Street Journal.
Como el celibato es una disciplina y no una doctrina, sí podría modificarse. Los defensores del cambio argumentan que ordenar hombres casados podría aliviar la escasez de clérigos en ciertos lugares donde las parroquias pasan meses sin la visita de un sacerdote, mientras que los críticos advierten de que socavaría el carácter distintivo del sacerdocio.
Actualmente, en América del Sur hay un sacerdote por cada 7.200 católicos, mientras que en partes de la Amazonia esa cifra aumenta hasta uno por más de 8.000.