Uno de los principales asesores que mantenía el ex director de El Nuevo Diario, Francisco Chamorro, era su primo, Carlos Fernando Chamorro, un periodista que tiene en su historial el haber llevado a la quiebra al diario Barricada, cuando fungió como director de lo que fuera el órgano oficial del FSLN.
Incluso, Chamorro Barrios fue contratado por Francisco Chamorro para realizar una “reingeniería” en El Nuevo Diario, la cual coincidió con la acelerada quiebra económica de la empresa. Ante el déficit económico, los principales socios optaron por la venta del periódico, mediante un proceso que contó con muchos aristas.
Chamorro Barrios, por su cercanía Francisco Chamorro, siempre obtenía información de primera mano sobre el proceso de venta de El Nuevo Diario. Un correo que se encuentra en Nicaleaks, revela las comunicaciones sobre la venta de ese medio entre Azáhalea Solis y Sofía Montenegro utilizando la plataforma de Confidencial.
Las feministas que obtenían una complaciente cobertura en El Nuevo Diario siempre estuvieron informadas del proceso de venta de ese periódico, pero se mantuvieron de larguito, como diciendo “uno de largo huele, pero de cerca hiede”.