* El ataque con un misil balístico Oréshnik contra un complejo industrial en Ucrania es un mensaje de Moscú a Occidente de que «tiene mayores capacidades que las mostradas», sugiere CNN.
El anuncio del presidente ruso, Vladímir Putin, del exitoso lanzamiento del novedoso misil balístico de alcance intermedio Oréshnik contra un complejo ucraniano en Dnepropetrovsk ha desatado una ola de reacciones en la prensa occidental.
«Los misiles balísticos más pesados, con múltiples ojivas, son singularmente aterradores, debido a su asociación con la guerra nuclear», sostiene Forbes. Mientras, funcionarios ucranianos y occidentales, citados por The New York Times, observan que el uso de un misil perteneciente al arsenal estratégico ruso fue algo «notable», ya que el objetivo se encontraba dentro del alcance de las armas convencionales.
«Parece muy probable que su objetivo sea responder al uso del ATACMS contra Rusia», sugiere Shashank Joshi, editor de defensa de The Economist. En este contexto, CNN estima que la prueba de este misil es un mensaje de Moscú a Occidente de que «tiene mayores capacidades que las mostradas anteriormente».
En el mismo sentido, Financial Times describe el ataque como un intento de demostrar «la capacidad de superar a Occidente en la escala de las represalias» en su intento de «disuadir el apoyo occidental a Ucrania». Al mismo tiempo, el medio destaca que, incluso en medio de la actual escalada, «Moscú parece haber respetado algunos protocolos de seguridad», ya que la Embajada de EE.UU. en Kiev dijo que fue avisada del ataque de antemano «a través de los canales de reducción de riesgo nuclear».
«Es un mensaje muy contundente de Putin», sostiene por su parte Ruslan Pújov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías en Moscú, citado por Bloomberg. «Es una medida muy calculada, ya que no requiere represalias por parte de Estados Unidos», valora.
Un recordatorio «no tan sutil»
Matthew Savill, director de ciencias militares del Instituto Real de Servicios Unidos, una asociación de expertos en defensa y seguridad, explica en declaraciones a AP y BBC que Oréshnik tiene un alcance «muy superior a cualquiera de los vistos en este conflicto hasta ahora y, posiblemente, sea el primero usado en combate».
Se trata de lanzamiento de múltiples ojivas independientes, a una velocidad extremadamente alta, de tal forma que incluso el sistema antiaéreo Patriot «tendrá dificultades para interceptarlas», explicó.
De este modo, la señal lanzada a Occidente es la de que Moscú está «feliz de participar en una competición en torno a misiles balísticos de alcance intermedio», opina Savill. «Estos podrían tener cabeza nuclear. ¿De verdad quieren correr ese riesgo?», se preguntó.
En el mismo contexto, el experto recalcó que el uso de un arma semejante puede no tener una gran importancia militar, pero es «simbólicamente importante», ya que se produce a raíz de la revisión de la doctrina nuclear rusa, que muchos consideran una reducción del umbral para el uso de este tipo de armas. Según Savill, es un recordatorio «no tan sutil» de que Rusia tiene un arsenal más amplio de tipos de misiles diferentes y más grandes y que está dispuesta a desarrollar más.