“Ayuda” y sanciones paradójico tratamiento de EE.UU. a Venezuela

EE.UU. prolongó este martes por un año las sanciones contra Caracas impuestas por la Administración Obama en 2015.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduroha convocado para el próximo sábado manifestaciones en el país para protestar contra la agresión extranjera, conspiración y chantaje que afirma está sufriendo el pueblo venezolano.

El mandatario hizo un llamado este martes a la unión ante la que definió como actividad provocativa de una minoría de la oposición. «Hoy más que nunca llamo a la defensa de la paz de la patria, de la independencia y la integridad territorial. Llamo a la unión nacional. Hoy, a los seis años de la partida de Hugo Chávez, llamo a la unión de Venezuela para defender la patria«, anunció el mandatario durante un acto público.

La convocatoria tiene de fondo la incesante presión por parte de Washington contra Caracas.

Apretando la soga

Este martes, el presidente estadounidense Donald Trump extendió por un año más la emergencia nacional por la situación en Venezuela, prolongando así las sanciones impuestas por la Administración Obama en 2015. Según el documento, el país bolivariano representa una amenaza para los intereses nacionales y la política exterior de EE.UU. 

La respuesta de Caracas no se hizo esperar. El Ministerio de Exteriores venezolano calificó de paradójica la postura de Washington, que está acostumbrado, dicen, al uso de la fuerza para lograr sus intereses.

Desde la Cancillería destacaron además, el peligro que supone que Trump no descarte una intervención militar, e instaron a la comunidad internacional a rechazar las acciones ilegales contra el país.

Sin embargo, la Casa Blanca planea imponer más sanciones, según afirmó en una entrevista el asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton. El alto funcionario señaló que se busca un refuerzo para derrocar al Gobierno de Maduro privándole de su dinero.

Crisis alarmante

En este sentido, Moscú destacó la hipocresía de EE.UU. La diplomacia rusa apunta a que no se puede comparar el daño de las medidas punitivas con los beneficios de la presunta ayuda que Washington intenta hacer entrar en Venezuela a través de Colombia.

«Las llamadas y medidas en torno a la ayuda humanitaria a Venezuela son bastante hipócritas, ya que no se pueden comparar con el daño de las sanciones, por un lado, y por el otro están absolutamente politizadas y dirigidas a un cambio de Gobierno, un golpe de Estado que ahora están tratando de llevar a cabo en Venezuela», comentó Alexánder Schetinin, jefe del departamento latinoamericano del Ministerio de Exteriores ruso.

Desde la ONU también subrayaron que las sanciones solo agravan la crisis. «La resultante crisis económica, política, social e institucional es alarmante», afirmó Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los derechos humanos.

«Quieren dar el tiro de gracia a la Revolución Bolivariana»

El periodista internacional José Manzaneda, por su parte, explicó a RT que Venezuela es una amenaza simbólica, ideológica y política frente a la hegemonía de EE.UU., cuyo Gobierno se encuentra en manos de halcones neoconservadores y cuya política exterior hacia América Latina está comandada por altos funcionarios ultraconservadores «de ideología anticastrista, antichavista y anticomunista» vinculados a la «ultraderecha cubanoamericana, grupo de presión afincado en Miami».

«Venezuela significa para EE.UU. lo mismo que ha significado Cuba durante estas décadas: el mal ejemplo que hay que derrocar, que hay que abatir para que no se extienda por la región», precisó.

 

Por todo ello, según sus palabras, Juan Guaidó, el líder opositor que se autoproclamó presidente encargado de Venezuela en enero pasado, «es un títere de la Casa Blanca, es un agente de la CIA» que «está siendo pilotado por una serie de halcones ultraconservadores que quieren dar el tiro de gracia al Gobierno de Venezuela y a la Revolución Bolivariana».

«Pero lo tienen complicado, porque el chavismo se ha reorganizado y está muy movilizado ante la agresión exterior de este calibre, ante una guerra mediática y psicológica tan absolutamente abrumadora«, concluyó Manzaneda.

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