El jefe del Banco de Inglaterra —Banco Central del Reino Unido—, Mark Carney, opina que la dependencia mundial del dólar estadounidense como moneda de reserva es demasiado arriesgada y propone una nueva moneda digital para reemplazarlo, informa el canal estadounidense CNBC.
«En un mundo multipolar, se necesita una moneda multipolar», comentó Carney en declaraciones al medio el 23 de agosto.
Según el economista británico, una nueva moneda digital basada en una canasta mundial de bienes proporcionaría más equilibrio a un sistema, donde algunos países han pasado a tasas de interés cero o negativas, mientras que las de otros, como Estados Unidos, se mantienen positivas.
Al mismo tiempo, Carney observó que la guerra comercial entre EEUU y China disminuye la confianza de las empresas por todo el mundo. Las interrupciones en las cadenas de suministro en los sectores de los automóviles, del acero y de la tecnología afectan incluso a los países que no están directamente involucrados en el conflicto.
«Los efectos [de la guerra comercial] están afectando a todas las economías del mundo», afirmó Carney.
Mark Carney, banquero y economista, que posee pasaportes canadiense, británico e irlandés, aspiraba ser jefe del Fondo Monetario Internacional, pero no obtuvo el respaldo necesario de los Gobiernos europeos.
La política económica de EEUU hace a varios países del mundo rechazar el uso del dólar. Rusia está a la vanguardia de este proceso con su estrategia de desdolarización destinada a bajar su vulnerabilidad frente a las amenazas de EEUU de castigarla con sanciones. El país promociona el uso de monedas nacionales en las transacciones con otros países, como China y la India, entre otros, y disminuye sus inversiones en los bonos del Tesoro de EEUU.
Tendencias similares se observan también en otros países. En particular, la prohibición de EEUU de comerciar el crudo con Irán hizo que muchos países del mundo, incluidos los de la Unión Europea, se encaminen hacia el rechazo a la moneda estadounidense y la creación de sistemas que eviten el control de EEUU en la comunicación interbancaria.