Un grupo de líderes anglicanos ha dejado de considerar al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, como «líder de la comunión global» y a la Iglesia de Inglaterra como su «iglesia madre».
La Fraternidad Global Sur de Iglesias Anglicanas (GSFA, por sus siglas en inglés), una comunidad mundial de provincias y diócesis anglicanas ortodoxas, ha dejado de reconocer al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, como primado de la Iglesia. Esta postura obedece a la reciente decisión del Sínodo General —su órgano legislativo— de ofrecer su «bendición» a las parejas del mismo sexo, según expresó un grupo de líderes de la GSFA en un comunicado este lunes.
La misiva surge como resultado de una reunión virtual el pasado 13 de febrero entre 10 primados de la GSFA en la que expresan su «gran pesar» por el hecho de haber legitimado que las parejas homosexuales casadas puedan «dar las gracias, dedicar su relación a Dios y recibir la bendición de Dios», tal como se decidió tras un debate histórico este mes en el marco de la publicación de un informe titulado ‘Vivir en amor y fe’, que siguió a un período de consulta de seis años sobre identidad, sexualidad, relaciones y matrimonio.
La GSFA desaprueba que el arzobispo Welby haya llevado a la Cámara de Obispos a hacer las recomendaciones en las que se basó dicho documento, cuyas consignas la GSFA considera «contrarias a la fe» y al orden de las provincias ortodoxas de la llamada Comunión anglicana —una afiliación mundial de Iglesias anglicanas muy vinculada a la Iglesia de Inglaterra y específicamente a su primado, el arzobispo de Canterbury—, cuyo pueblo constituye, según dicen, la «mayoría del rebaño global». El periódico británico Daily Mail explica que la fraternidad representa al 75 % de los anglicanos de todo el mundo, repartida oficialmente en 25 provincias miembros, principalmente en Asia, América Latina y África.
«Rezamos para que [Justin Welby] perciba como una admonición con amor el hecho de haberle retirado el apoyo para dirigir toda la comunión», se lee en el comunicado.
Además de haber dejado de considerar a Welby como «líder de la comunión global», el organismo ahora también se abstiene de calificar la Iglesia británica como su «iglesia madre», argumentando que «se ha apartado de la fe histórica» y se ha «descalificado así misma» con sus posturas respecto a los miembros de la comunidad LGBTQI+. «No aceptamos el punto de vista de que aún podemos ‘caminar juntos'», recalca la GSFA.
En consecuencia, la GSFA he hecho un llamado a las provincias y diócesis que la conforman para considerar y deliberar sobre las resoluciones que han tomado. Asimismo, anunció que ante la «pérdida de liderazgo» de la Iglesia de Inglaterra y el arzobispo Welby, sus primados se reunirán con otros de sus pares para abordar lo que consideran una «crisis», sobre la cual están trabajando para «reestablecer» la Comunión anglicana.
«La Iglesia de Inglaterra es la ‘primera provincia histórica’, pero, ahora que se ha apartado de la fe histórica, la responsabilidad recae en los primados ortodoxos restantes», expresó la GSFA.
«Recordar más lo que nos une que lo que nos divide»
Desde el Palacio de Lambeth, residencia oficial del arzobispo de Canterbury, señalaron que, aunque aprecian por completo la postura de la GSFA, no se pueden hacer cambios en las estructuras formales de la Comunión anglicana sin el consentimiento del propio Welby. Además, subrayaron que los «profundos desacuerdos» sobre la sexualidad y el matrimonio entre la comunidad anglicana son de larga data, y que las reformas en una provincia no afectan las reglas en las demás.
«El arzobispo está en contacto regular con sus compañeros primados y espera discutir este y otros asuntos con ellos en el próximo período», indicó un portavoz del Palacio.
«En un mundo de conflicto, sufrimiento e incertidumbre, debemos recordar más lo que nos une que lo que nos divide. A pesar de nuestras diferencias, debemos encontrar formas de seguir caminando y trabajando juntos», resaltó el vocero.
Entretanto, el secretario general de la Comunión anglicana, Anthony Poggo, expresó su «tristeza» por la posición de la GSFA, pero agradeció su franqueza. El reverendo además dejó claro que la propuesta del Sínodo General consiste en permitir que las oraciones puedan usarse para «invocar las bendiciones de Dios» sobre las parejas del mismo sexo. En ningún momento se trata de un cambio de doctrina del matrimonio ni se ha introducido una liturgia para bendecir relaciones homosexuales, aseveró. Tales oraciones «no deben ser contrarias o indicativas de una desviación de la doctrina de la Iglesia de Inglaterra», insistió.