La alianza que Estados Unidos y Canadá promueven contra México por diferendos comerciales en materia eléctrica hace ver mal a dos potencias contra un país más vulnerable, acusó el analista internacional Alfredo Jalife-Rahme.
«¿Qué quieren, ucranizar a México? Está muy mal asesorado el presidente Biden», consideró el geopolitólogo y estimó que el diferendo en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), debe resolverse en una situación que no sólo beneficie a Washington, como es costumbre, sino también a México.
En las controversias contra las políticas eléctricas del presidente Andrés Manuel López Obrador, Canadá se sumó a Estados Unidos por subordinación política, dijo Jalife-Rahme y no descartó que el mandatario mexicano tome represalias contra las mineras canadienses, que extraen tanta plata del país latinoamericano que ni siquiera existen estadísticas suficientes.
«En realidad hoy estamos en un choque, que es de globalistas neoliberales contra soberanistas nacionalistas», sintetizó en su más reciente videocharla divulgada en su canal de YouTube, y agregó que de esta confrontación de modelos proviene de la controversia de Ottawa y Washington contra México.
El analista descartó que México esté violando acuerdo alguno del T-MEC y acusó que la afirmación en ese sentido de Estados Unidos es engañosa.
Jalife-Rahme estimó que las políticas de Washington contra la estrategia energética de México podrían ser una especie de represalia contra las decisiones de López Obrador en torno a la Cumbre de las Américas, a la que se negó a asistir en defensa de Cuba, Venezuela y Nicaragua, así como contra su defensa del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a quien ha ofrecido asilo político
Otro reproche que la Casa Blanca tiene contra México, evaluó el internacionalista, es que el país latinoamericano busca garantizar su soberanía en gasolinas, con lo que mermaría su consumo de combustible texano.
También consideró que el presidente Joe Biden necesita nivelar su fracaso político en Arabia Saudí, país con el que no logró equilibrar un acuerdo petrolero satisfactorio.
El T-MEC en sí constituye «una paliza» contra México, consideró Jalife-Rahme y atribuyó estas dificultades a que los mexicanos que lo negociaron con el entonces presidente Donald Trump son políticos entreguistas.
«Quienes lo negocian son (Luis) Videgaray y (Ildefonso) Guajardo y los dos son entreguistas y antimexicanos», dijo en referencia a los que eran titulares de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Economía, respectivamente, al momento de signar el acuerdo, en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
El antecedente del T-MEC, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tampoco era mejor para México y se forjó con la política también entreguista del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, acusó el politólogo.
Ante la inconformidad de Trump con el TLCAN, recordó, el entonces mandatario de Estados Unidos obligó a una renegociación de los acuerdos comerciales entre los tres países, de donde surgió el T-MEC.
Jalife-Rahme consideró que las controversias de la administración de Joe Biden contra México pueden generar un efecto adverso entre los votantes de origen mexicano del Partido Demócrata, que disputará las elecciones legislativas de noviembre.