* Diálogos revelados del grupo de Telegram, exclusivo de los fiscales de Lava Jato, dan muestran que ellos discutían entre sí sobre los resultados del primer testimonio de Pinheiro, cuando este dijo que ofreció el departamento de tres pisos en Guarujá – el que la sentencia apunta como beneficio obtenido por los contratos en Petrobras – como un regalo “sin pedir nada a cambio”, y que Lula no habría aceptado la oferta, versión que no agradó a los fiscales.
Un reportaje publicado por el diario Folha de São Paulo en colaboración con el portal de filtraciones The Intercept, revela cómo el empresario Leo Pinheiro, principal accionista de la constructora OAS y testigo clave del caso que llevó a la condena del expresidente Lula da Silva, fue chantajeado por los fiscales de la Operación Lava Jato para involucrar al político en su tercera declaración, para poder obtener el beneficio de reducción de la pena.
Los diálogos revelados el pasado domingo 30 de junio fueron sacados del grupo de Telegram, exclusivo de los fiscales de Lava Jato, y muestran que ellos discutían entre sí sobre los resultados del primer testimonio de Pinheiro, cuando este dijo que ofreció el departamento de tres pisos en Guarujá – el que la sentencia apunta como beneficio obtenido por los contratos en Petrobras – como un regalo “sin pedir nada a cambio”, y que Lula no habría aceptado la oferta, versión que no agradó a los fiscales.
En la conversación, realizada en agosto de 2016, tras ese primer testimonio, la fiscal Anna Carolina Garcia pregunta a los colegas si “¿hay una cuenta clandestina de Lula?” entre las informaciones entregadas por Pinheiro y abogados de OAS, y recibe tres respuestas negativas – de Jerusa Viecili, Ronaldo de Queiroz e Sérgio Bruno Cabral –, aunque el jefe del equipo, Deltan Dallagnol no quedó satisfecho, y congeló la negociación de la llamada “delación premiada”.
Cabe aclarar aquí que la “delación premiada” es un instrumento jurídico por el cual se puede bajar la cantidad de años de una pena si una persona involucrada en un crimen delata otra de mayor importancia en el caso. Lava Jato ha sido muy criticada por el uso de esta, porque se supone que debería usarse para figuras menores, como un gerente o un empleado, y no como en este caso, con un mandamás de una constructora, aunque fuera para atrapar a un expresidente, pues ambos deberían ser considerados peces gordos en este caso.
De todas formas, Pinheiro hizo tras un segundo testimonio en diciembre de 2016, que tuvo algunas alteraciones pero que siguió no inculpando a Lula, por lo que tampoco logró una reducción en su condena, que era de 10 años y 8 meses de cárcel.
El testimonio que se usó como prueba
En el tercer testimonio, en abril de 2017, Pinheiro finalmente dijo que el departamento habría sufrido reparaciones realizadas para ser posteriormente entregado a Lula, garantizando que él recibiría la propiedad del inmueble cuando las obras fuesen finalizadas. También dijo que poseía una cuenta informal donde reunía la plata que era de las coimas destinadas al PT – aunque las investigaciones apuntan a que la cuenta no registra giros a personas ligadas al partido o al expresidente – y que no poseía pruebas para sostener lo que decía porque el propio Lula le habría dado instrucciones de cómo destruirlas.
Días antes de esa declaración, los fiscales de Lava Jato conversaron sobre como presentarla a la prensa, y llama la atención la instrucción de Dallagnol, jefe del equipo, para que “pensemos en el timing de ese nuevo acuerdo, para que no parezca que fue un premio por la condena a Lula”.
El pedido no solo confirma la extrema preocupación del fiscal con las apariencias – en filtraciones anteriores, fue visto pidiendo que se abriera casos contra figuras de la derecha “para no parecer que somos sesgados” – como también sorprende al hablar de “condena a Lula” tres meses antes de la sentencia de Moro, que sería publicada solamente en julio de aquel año.
De hecho, el juez Sérgio Moro realmente utilizó ese testimonio como evidencia clave para establecer que Lula sí pasó a ser dueño del departamento, y que por lo tanto cometió crimen de corrupción. Por su parte, Pinheiro tuvo su pena reducida a 3 años y 6 meses.
Defensa de Lula reacciona
El equipo defensor de Lula difundió una nota este domingo (30/6) diciendo que las revelaciones de The Intercept y Folha de São Paulo refuerzan la ilegitimidad de la sentencia en contra de Lula, la necesidad de que sea anulada y que el expresidente sea liberado lo antes posible.
En la nota, firmada por los abogados Cristiano Zanin y Valeska Martins, se dice que “el historial del caso ya mostraba como Leo Pinheiro no incriminó a Lula en sus primeras declaraciones durante el proceso, y lo hizo en la tercera vez tras ser presionado, alterando su testimonio para recibir el beneficio de reducción de la pena, negociado con los fiscales de Curitiba”.
Además, agregan que ellos ya desconfiaban de tal situación: “presentamos nuestros cuestionamientos sobre tal situación (los aprietos de los fiscales a los testigos para que se involucrara a Lula) en dos oportunidades, en junio de 2016 y abril de 2017, ante la Fiscalía General de la República, pero en ambas ocasiones el pedido de investigación fue rechazado y archivado”.