Chernóbil afectó también a México

* Gobierno del corrupto Salinas de Gortari adquirió de Irlanda 45 mil toneladas de leche contaminada con radioactividad y el físico que detectó el problema fue despedido. En una década, cáncer infantil aumentó en 300%.

Juan Manuel Martínez Fernández

México también sufrió los efectos del accidente nuclear de Chernóbil. Pero no se trata de una nube radiactiva, sino de una historia de corrupción que implicaba a la familia del entonces presidente, Carlos Salinas.

El 26 de abril de 1986, estalló la planta nuclear de Chernóbil. Los radioisótopos contaminaron a miles de seres vivos o bien produjeron su muerte. La situación fue una verdadera tragedia que ha dado origen a documentales, películas y series. La nube radiactiva se extendió a diferentes lugares de Europa y la URSS. Una de las zonas afectadas fue el pasto ganadero de Irlanda, el mismo que alimentaba a las vacas.

La Organización Mundial de la Salud emitió una alerta en la que recomendaba no comprar alimentos en los países que resultaron afectados por la contaminación radiactiva. Tiempo después, el embajador de México en Brasil se enteró de que Irlanda estaba tratando de vender leche contaminada en Latinoamérica (junio de 1986). Este hecho fue comunicado inmediatamente al Gobierno mexicano para evitar su compra. Con esta advertencia, es de suponer que nuestro país evitaría su importación. Pero la corrupción es cosa de todos los días.

Y así fue que la CONASUPO (Compañía Nacional de Subsistencias Populares) decide compra de aquella ‘leche radiactiva’ a precios económicos. Y se adquirieron 45 mil toneladas. Evidentemente, toda la operación se mantuvo oculta para el público. Hay que resaltar que el hermano del entonces presidente Carlos Salinas, era funcionario de esta institución.

En el puerto de Veracruz, el Vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo, recibió el reporte de que varios de sus hombres habían enfermado del estómago. Inició una investigación y resultó que las mercancías cuando entraban a México sufrían una pequeña merma, debido a que el personal encargado de revisar las embarcaciones usualmente robaba algo para su consumo personal.

La sospecha recayó en 25 kilogramos de leche en polvo provenientes de Irlanda. El general envió una muestra de la leche a su amigo, el físico Miguel Ángel Valdovinos, jefe de la planta nuclear de Laguna Verde. Al realizar un análisis, resultó que poseía altas concentraciones de estroncio-90 y cesio-137. El peligroso hallazgo fue comunicado al Gobierno de México. El resultado fue el despido del físico y al vicealmirante se le cambió de lugar para después juzgarlo en una corte marcial.

La CONASUPO tenía el monopolio de la importación de lácteos, por lo que diferentes empresas nacionales adquirieron la leche contaminada. De esta manera, todos los mexicanos recibieron sus dosis de radiación en la leche o sus derivados. Algunos investigadores sugieren que la incidencia de cáncer infantil aumentó un 300% en la década que va de 1987 a 1997. Hoy en día, este crimen sigue impune. Y recomiendo que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, inicie una investigación acerca de este suceso para llevar a juicio a los responsables.

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