Las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en las que afirma que Estado Unidos está dispuesto a intervenir militarmente en Taiwán volvieron a tensar la relación con China. «Es una grave vulneración del compromiso importante de Estados Unidos a no apoyar la independencia de Taiwán», advirtió Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Biden ofreció una entrevista a la cadena CBS, que fue transmitida este domingo, en la que ante la pregunta de si Estados Unidos defenderían a Taiwán, el presidente estaodunidense respondió: «En un ataque sin precedentes, sí».
La portavoz de la Cancillería china consideró que las declaraciones de Biden «envían una mala señal, grave, de apoyo a las fuerzas separatistas de Taiwán», y continúan quebrando el acuerdo de «una sola China», que Washington tomó a partir de 1979, cuando decidió romper relaciones diplomáticas con la isla.
Desde entonces, Estados Unidos pasó a reconocer a Beijing como único representante de China, cuando comenzó a construir el fuerte lazo comercial, aunque nunca dejó de sostener el respaldo a la isla separatista. El momento de tensión actual se desató desde la visita a Taiwán de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y aliada clave de Biden.
A pesar de las declaraciones de Biden. la portavoz china sostuvo que el gigante asiático está «dispuesto a hacer los mayores y sinceros esfuerzos para ir hacia la perspectiva de una reunificación pacífica», pero sin tolerar «ninguna actividad que busque dividir el país», o sea, que implique la independencia de Taiwán.
Desde la visita de Pelosi a Taipéi, capital de la isla separatista, China aumentó sus ensayos militares en el mar. De hecho, la semana pasada, el Ministerio de Defensa de Taiwán denunció que drones militares chinos cruzaron por primera vez el Estrecho de Formosa, una frontera no oficial tácitamente respetada. La isla denunció que una semana atrás también lo hicieron aviones y unos 25 barcos chinos.
Las maniobras militares de China responden al aumento de suministro de armas en Taiwán y a la visita de Pelosi al territorio geográficamente clave en caso de un conflicto armado entre Washington y Pekín.