Xi Jinping, pidió al Ejército Popular de Liberación de su país (EPL) que mejoraran sus capacidades y estuvieran preparados para llevar a cabo «una guerra victoriosa».
La presidenta taiwanesa no descartó que el EPL pueda actuar en la isla. No obstante, señaló que si el Ejército chino quiere hacer algo drástico, el presidente Xi Jinping «tendrá que calcular los costos y pensárselo dos veces». Sus palabras llegan un día después de que las Fuerzas Armadas de Taiwán comunicaron que 63 aviones y 4 buques chinos se aproximaron a la isla.
Por su parte, Xi Jinping dijo que el EPL debe mejorar sus capacidades y estar preparado para la acción militar.
«El mundo asiste a cambios de época a un ritmo acelerado. En este contexto, aumentan las incertidumbres y los factores desestabilizadores que afectan a la seguridad de China. Debemos proteger firmemente la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo de nuestra patria», subrayó el mandatario chino durante su inspección al centro de operaciones conjuntas del Mando Militar Central del Partido Comunista del Estado.
La tensión entre China y Taiwán se agravó tras la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, el pasado 3 de agosto. Pese a las protestas de Pekín, que vio en ese viaje el apoyo de Washington a los independentistas taiwaneses, la política estadounidenses realizó su visita y esto provocó la puesta en marcha de ejercicios militares chinos a gran escala.
Los vínculos entre Pekín y Taipéi se rompieron en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran a ese archipiélago. Las relaciones entre Taiwán y la China continental se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980. La política fundamental de Pekín respecto a Taipéi es la reunificación pacífica bajo el principio de «un país, dos sistemas».