Alejandra García | Resumen Latinoamericano
Claudia Sheinbaum pasó a la historia de México como la primera mujer presidenta en 200 años de independencia. Ante presidentes y otros funcionarios de alto rango de más de 100 países y 22 organizaciones internacionales, prometió continuar el legado de su mentor político y predecesor, Andrés Manuel López Obrador, y enfatizó la necesidad de enfocarse en abordar la pobreza que afecta al 40 por ciento de los 127 millones de habitantes de México.
El camino no será fácil. Hay mucho por hacer en medio de la reciente ola de violencia relacionada con los cárteles de la droga y los desafíos económicos, así como promesas históricas, como esclarecer lo que sucedió con los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Sin embargo, la gente está recibiendo la visión de Sheinbaum con esperanza y energías renovadas y se siente aliviada por el compromiso del nuevo presidente de seguir el legado de humanismo de AMLO. “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, dijo.
Entre aplausos, vítores y abrazos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, recibió la banda presidencial de manos de Ifigenia Martínez, líder histórica de la izquierda en el país. Posteriormente, Sheinbaum reconoció la labor de Andrés Manuel López Obrador, a quien definió como el mejor y más querido presidente de México. Asimismo, destacó la importancia de llegar al cargo que hoy ocupa, “junto a todos ellos”, dijo, en referencia a los hombres y mujeres ilustres de México que han defendido la democracia a lo largo de los tiempos.
La mandataria también saludó y agradeció “la presencia de representantes de 105 países que nos acompañan hoy como muestra del compromiso de México con la comunidad internacional y de la amistad que nos une con todos los pueblos del mundo”, mencionó durante su primer mensaje como presidenta, meses después de obtener una victoria aplastante, en junio pasado, con casi el 60 por ciento de los votos.
A la toma de posesión asistieron los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Colombia, Gustavo Petro; y Chile, Gabriel Boric; junto a los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro; Honduras, Xiomara Castro, y Guatemala, Bernardo Arévalo, entre otros. América Latina se une para dar la bienvenida al nuevo líder, quien está dispuesto a seguir los pasos de AMLO en su política de tolerancia y respeto a la autodeterminación de los pueblos de la región y del mundo.
En su primer discurso como presidenta, Sheinbaum también aseguró su voluntad de mejorar la disciplina fiscal y la autonomía del banco central del país y de incrementar la deslocalización de empresas durante su sexenio. Asimismo, aseguró que las inversiones nacionales y extranjeras están aseguradas en la segunda economía más grande de América Latina y que las mujeres seguirán teniendo un papel importante en el desarrollo del país norteamericano. Sin embargo, estas metas están muy lejos y requerirán de una lucha decidida para alcanzarlas.
“Las mujeres son símbolos poderosos, pero no tienen poderes mágicos”, afirmó. “En especial cuando los desafíos de gobernabilidad son tan grandes, esperar soluciones mágicas de la noche a la mañana también puede generar una enorme decepción”.
Cientos de personas intentaron ingresar al Zócalo de la Ciudad de México para presenciar de cerca la ceremonia de toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum. La policía capitalina marcó el paso peatonal para el ingreso de invitados y público, lo que dificultó el paso de los simpatizantes, que esperaban avanzar por las calles aledañas a la Plaza de la Constitución, repleta de gente. Todos querían ver con sus propios ojos a la mujer que inaugura una nueva era para México.