El Partido Vanguardia Popular (PVP) calificó de inaceptable y absurda la intromisión del presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, y la canciller, Epsy Campbell, en asuntos que son competencia exclusiva del gobierno de Nicaragua.
“Estamos seguros de que las inopinadas afirmaciones de esos funcionarios, están muy lejos de la realidad de ese país y que no tienen otro propósito más que servir de voceros de la conspiración imperialista contra el pueblo hermano”, afirma Humberto Varga, secretario general del PVP, en un editorial del periódico Libertad.
Bajo el título: “Gobierno de Carlos Alvarado desde la oscuridad de la casa pretende ser candil de la calle”, Vargas sostiene que el PVP, a lo largo de su historia, ha dado pruebas de ser un aguerrido defensor de la soberanía nacional y ha exigido el respeto al derecho a la autodeterminación de la nación costarricense.
No somos ni seremos jamás nacionalistas chovinistas, por eso estamos convencidos de que con el mismo vigor con que defendemos lo nuestro debemos respetar los derechos de todos los pueblos de la tierra, en tanto no se menoscaben los nuestros.
“Por esas mismas razones nos parece inaceptable y absurda la intromisión del presidente Alvarado y de la ministra Campbell en asuntos que son de competencia exclusiva del gobierno de Nicaragua”, apunta Vargas.
Lamentamos profundamente que el Ministerio de Relaciones y el presidente Alvarado se hayan convertido en voceros del monopolio mediático que sirve a los propósitos injerencistas del imperialismo, exacerbados ahora por su propia crisis económica, política y moral, afirma el veterano líder político costarricense.
Tras asegurar que el pueblo de Nicaragua quiere vivir en paz y busca activamente la reconciliación de todas las tendencias políticas democráticas, independientes y decentes, Vargas destaca que nadie puede obligar a un gobierno democrático a entenderse y, mucho menos, a rendirse ante una banda de violentos facinerosos que cometieron gravísimos crímenes, muchos homicidios, incendios y destrucción de bienes públicos.
“La mayoría de ellos mercenarios pagados por el imperio y la gran burguesía”, asevera.
Los costarricenses tenemos nuestros propios problemas y debemos resolverlos nosotros, según nuestras convicciones y en obediencia a la voluntad popular, señala y añade que hoy tenemos un enorme conflicto provocado por el intento de descargar sobre los trabajadores los efectos de la mala administración burguesa y del robo permanente de los corruptos.
Mientras, sostiene, el presidente Alvarado se ha negado rotundamente a conversar con los huelguistas.
Reproduce el criterio del Defensor de los Habitantes, Juan Manuel Cordero, quien dijo que hace 20 años Costa Rica era el país más igual en América Latina y hoy, según la Organización de Naciones Unidas, es una de las naciones más desiguales del mundo, eso implica que hay algo que no estamos haciendo correctamente.
“Los tugurios crecen en todo el país, la economía campesina está casi destruida, el dolor humano cunde como una mala hierba, los monopolios agrícolas y comerciales han desgarrado brutalmente el tejido social. El entreguismo nos ha convertido en una semicolonia yanqui. Crece el lumpen y las mafias que han puesto bajo su servicio a algunos de los más pobres”, denuncia Vargas.
A ello, prosigue, agreguemos que más de un millón de compatriotas están dedicados a actividades informales y que más de la mitad de los asalariados ganan menos del salario mínimo.
Concluye que “en este mundo signado por la más brutal injusticia social, sufrimos un gobierno que cuando busca una solución camina a tuertas y mira solo hacia la derecha”.
Posición de Nicaragua
El Gobierno de Nicaragua calificó de irrespetuosas e injerencistas declaraciones del presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, al considerar que se inmiscuye en los asuntos internos de su país.
En nota de prensa, Nicaragua expresa su desacuerdo categórico ante las declaraciones, y rechaza la interferencia pretenciosa e insolente de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto del país vecino, publicados ambos este domingo.
Por otra parte, el texto recuerda que Nicaragua no interfiere en los asuntos internos de ningún país y no comenta ni pontifica sobre problemas de otras naciones o sobre las decisiones soberanas que los estados toman en relación a sus asuntos.
Igualmente sostiene que como estados independientes ambas países vecinos se deben respeto y no injerencia.
“El Estado nicaragüense no es aficionado a enfrentamientos verbales o exhibicionismos mediáticos que otros utilizan como cortinas de humo con la pretensión de ocultar la profundidad y gravedad de problemas sociales o económicos propios, subraya.
Asimismo, señala que Nicaragua nunca ha interferido en las dificultades o crisis de Costa Rica, como la que vive actualmente luego de más de un mes de protestas, huelgas y denuncias sobre represión y brutalidad policial que han producido heridos, muertos, pérdidas materiales y afectaciones serias a la economía.
“El Gobierno de Nicaragua hace suyo el llamado a la fraternidad y el respeto que como gobiernos y pueblos centroamericanos nos debemos, inspirados por la sabiduría del Gran Benito Juárez que dijo ‘El Respeto al Derecho Ajeno es la Paz’, concluye la declaración.