Sergio Ferrari
*Si entre el 28 de abril y el 1° de mayo el Gobierno colombiano parecía mantener la ofensiva diplomática y logró silenciar parcialmente a la comunidad internacional, en la última semana se vive una dinámica completamente diferente.
Centenas de manifestantes se dieron cita en la Plaza de las Naciones, frente mismo a la entrada principal de la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, para repudiar la brutal represión que desde hace doce días conmueve a Colombia.
El “Plantón Solidario”, convocado bajo el lema “Protestar es un derecho, reprimir es un delito”, reunió mayoritariamente a ciudadanos colombianos residentes en muy diversas ciudades del país. Y contó con el apoyo de latinoamericanos residentes en Suiza, así como de numerosos suizos solidarios.
La marea amarillo-azul-roja de las banderas del país sudamericano y el clima creativo de protesta y denuncia que se vivió en la Plaza de las Naciones actualizaba demandas concretas.
Horas antes, una parte de los convocantes, había publicado el pronunciamiento “Paro Nacional Indefinido en Colombia: al borde una guerra civil”, firmado por en tanto Ciudadano-as colombiano-as en el mundo.
El mismo, constituye una convocatoria a la comunidad internacional –Gobiernos, organizaciones de Derechos Humanos, Naciones Unidas- para que respalde y verifique el cumplimiento de las reivindicaciones y demandas que sostiene el pueblo colombiano en las calles desde el 28 de abril pasado.
El pronunciamiento – un verdadero programa de urgencia mínimo ante la dramática coyuntura – exige que el Gobierno de Colombia, encabezado por el presidente Iván Duque, repete los Derechos Humanos en general y el derecho a la protesta pacífica, en particular.
Que desista de la militarización del país, que promueve altos niveles de impunidad, y que pone en riesgo la vigencia misma del Estado de Derecho y la democracia. También, que se investigue la responsabilidad política y jurídica del Estado en las graves violaciones de DDHH.
Los firmantes exigen además que se reconozca, investigue, sancione y asuma la reparación de los abusos cometidos contra la ciudadanía. Y concluyen exigiendo la “implementación de los Acuerdos de Paz”, responsabilidad principal que le corresponde al presidente Duque en tanto Jefe de Estado.
Europa contra la masacre colombiana
La protesta de Ginebra, una de las más concurridas de los últimos años, si se habla de manifestaciones de solidaridad con Latinoamérica, permitió la confluencia de numerosas acciones simbólicas de apoyo al Paro Nacional Indefinido en Colombia, que se vienen realizando desde el jueves pasado en diferentes ciudades del país (entre ellas Berna y Friburgo).
Y coincidió, el mismo sábado, con acciones en otras ciudades suizas, como Zúrich y Basilea. Así como con movilizaciones muy concurridas en diversas capitales europeas, en especial París, Madrid y Bruselas. En Roma, Italia, una primera protesta se había realizado ya el 4 de mayo.
En el Estado Español, a partir del pasado 6 de mayo y hasta el próximo 15 de mayo -cuando se convoca a una nueva movilización de la Puerta de Alcalá hasta la Puerta de Sol-, se están realizando movilizaciones en una docena de ciudades.
Por su parte en Alemania, a partir del 5 de mayo, expatriados colombianos — con el apoyo de otros sectores locales— han expresado su repudio a las políticas del presidente Duque, entre otras ciudades, en Berlín, Hamburgo, Frankfurt y Bonn.
Sindicatos internacionales que reúnen a millones de afiliados como UNI Global, GUFs, la CUT de Brasil, suscribieron un pronunciamiento junto con sus pares colombianas CUT, CTC y CGT exigiendo al presidente Iván Duque a poner fin a la violencia en el país sudamericano.
El mismo está dirigido a Antonia Urrejola Noguera, Comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington D.C. y a Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las ONU para los Derechos Humanos.
La central sindical italiana CISL publicó el pasado 6 de mayo un comunicado donde solicitan al Gobierno italiano intervenir a nivel de la Unión Europea para presionar, a su vez, al gobierno de Colombia para que respete los derechos humanos y la Constitución y relance el diálogo social.
Las centenas de acciones de protesta, comunicados de denuncia, artículos críticos contra la represión y las masacres en Colombia publicados en la prensa europea e internacional en los últimos días, marcan un cambio de la tendencia. Las posiciones críticas de las Naciones Unidas, la Unión Europea y otras organizaciones internacionales de esta semana constituyeron un grito de alarma y advertencia.
Que se incrementó en las últimas horas en las calles del Viejo Mundo cuando miles de colombianos, latinoamericanos y europeos solidarios se pronunciaron por un S.O.S Colombia, basta de represión, respeto a los derechos fundamentales, diálogo social, democracia y justica para el país sudamericano.