Los días 2 y 3 de noviembre Cuba mostrará otra vez, al mundo, las dolorosas consecuencias de la política hostil de EE. UU.
La solidaridad marca el ritmo en estos días previos a la presentación de la verdad de Cuba en la onu, escribió este lunes en Twitter el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, adalid de la batalla en el campo político, diplomático y simbólico contra la política estadounidense que nos agrava la crisis con su feroz persecución.
«El mundo se pronunciará otra vez contra el bloqueo que pretende, sin éxito, quitarnos hasta la sonrisa», señaló el Jefe de Estado, quien también agradeció a los «amigos de tantos países que no dejan de luchar» en favor de nuestro pueblo, que solo en los 14 primeros meses del gobierno de Joe Biden tuvo perjuicios ascendentes a 6 364 millones de dólares.
En términos prácticos, según indica el Informe contra el bloqueo, que se presentará ante la Asamblea General de Naciones Unidas, los días 2 y 3 de noviembre, esto representa una afectación de más de 454 millones de dólares mensuales y más de 15 millones diarios.
En seis décadas de aplicación –en la mitad de las cuales se ha denunciado en la ONU sin una respuesta efectiva por parte de EE. UU.– los daños ascienden a 154 217,3 millones de dólares, lo que es más de un billón 391 111 millones de dólares, tomando en cuenta el comportamiento del dólar frente al valor del oro.
Aun así, habrá quien piense que el bloqueo es pretexto, ilusión, cuento… y esgrima como «gran avance» las medidas sobre Cuba, anunciadas el 16 de mayo por EE. UU., en cuanto a los viajes y las remesas, esas que no modifican los aspectos más dañinos de esta política ni revierten lo adoptado en la era Trump.
Entre otras restricciones, no cambia la prohibición de importar, desde terceros países, bienes que contengan más de un 10 % de componentes estadounidenses; continúan vigentes la Lista de entidades cubanas restringidas, y la de Alojamientos prohibidos, y se mantiene la presencia de Cuba en la Lista de Estados patrocinadores del terrorismo, y los impedimentos para el traslado de combustible.
Continúa impidiéndole a Cuba usar el dólar estadounidense en las transacciones internacionales, o utilizar su sistema financiero para realizarlas, y persiste, para los ciudadanos estadounidenses, la prohibición de viajar a la Isla, salvo con algunas licencias.
Eso, sin contar lo más terrible, que son las vidas y las familias impactadas en los más diversos escenarios, desde la imposibilidad de importar materias primas para medicinas, debido a la amenaza a los proveedores, hasta los bloqueos informáticos y de desarrollo.