Carlos Fonseca Terán
Me llamó la atención un letrero hecho en plena efervescencia golpista, que dice: «Daniel y la Chayo no pasan de mayo; NO AL DIÁLOGO», porque en él se resume magistralmente el verdadero carácter de la crisis que vivió nuestro país en meses recientes.
La derecha quería (y sigue queriendo; y siempre ha querido) derrocar al gobierno por la fuerza y por tanto, no quería dialogar. O sea, los voceros de la oposición dicen que su objetivo es la democracia, pero no quieren elecciones ni diálogo… ah perdón, elecciones sí, pero adelantadas.
O sea, interrupción antidemocrática del período de gobierno para el que fue electo nuestro Presidente, el Comandante Daniel Ortega. Es decir, de democracia nada; por tanto, su reivindicación política es fallida.
Oh, perdón, olvidaba que ahora sí quieren diálogo, pero nosotros respondemos: que dialogue tu madre, porque el verdadero diálogo no es con ellos ni con los criminales a su servicio, sino entre los amigos, vecinos, familiares, compañeros de trabajo, que en lo más duro de la crisis estuvieron en bandos contrarios, porque los intereses de los trabajadores sandinistas y los trabajadores liberales son los mismos, y los defiende el FSLN.
Es por eso que el sandinismo tiene como objetivo la unidad del pueblo, mientras el bloque oligárquico-burgués, antes libero-conservador y ahora neoliberal, siempre ha querido que el pueblo se divida (antes, en liberales y conservadores; ahora, en sandinistas y liberales).
¿Qué otras reivindicaciones tiene la derecha golpista? No tocarle la bolsa a los ricos; es decir, que sean los trabajadores y jubilados quienes paguen la sobrevivencia de la seguridad social, cuya crisis heredada del neoliberalismo y provocada por los fraudes empresariales de los que ya hablaremos, se agudizó por los beneficios que ahora reciben los trabajadores y jubilados (incluyendo la pensión reducida, que antes no existía) y que no existían cuando gobernaban los golpistas, y al aumento en la cantidad de beneficiarios de la seguridad social, que ahora incluye a las víctimas de guerra.
Es decir, la oposición quiere cero democracia y sacarle el dinero de la bolsa a los trabajadores y jubilados, para que los ricos sigan saqueando el INSS, inventando cargos fantasmas para recibir los beneficios de los que ganan más, cuyo aporte al INSS es proporcionalmente mucho menor que los beneficios recibidos.
Por eso salieron a la calle los ricos, con sus trabajadores e hijos de casa desclasados detrás, que son los únicos que salen ahora, porque ellos ya están otra vez metidos como siempre en sus mansiones, porque ya no pueden manipular como antes y porque ya ni siquiera la delincuencia quiere nada con ellos (delincuencia a la que se aliaron para causar destrucción y muerte).
Estoy seguro que miles de personas que fueron vilmente engañadas por la derecha golpista ahora se preguntan: Si se están llevando presa a la gente por protestar, ¿por qué no me llevan a mí? Y la respuesta cae de su peso: Porque no es a los que protestan a quienes se les echa presos, sino a los que destruyeron, a los que torturaron, a los que asesinaron. Y si no se le encuentra nada a alguien, sale desde el primer momento en que se sabe su no involucramiento en actos delictivos y criminales.
La derecha golpista reivindica también la liberación de los presos; pero así como los golpistas no pudieron ni podrán, los terroristas presos de la cárcel no saldrán, porque nuestro gobierno revolucionario no pondrá jamás en peligro la vida de las víctimas de esos terroristas y la de todas aquellas personas que valientemente denunciaron sus crímenes. De la cárcel no saldrán, porque reconciliación no es impunidad.