Era cuestión de tiempo para que la desvergüenza se apoderara por completo de los altavoces del imperialismo, entre los que siempre destaca el New York Times. La Guerra de Ucrania es el detonante inmediato para falsificar las evidencias históricas, tanto del pasado como del presente, porque las unas están inextricablemente unidas a las otras.
El titular de un artículo publicado el martes por el New York Times se titula: “Una guerra actual colisiona con el pasado: restos de la Segunda Guerra Mundial en Ucrania” (*), y su contenido no deja lugar a dudas sobre la doctrina oficial: Ucrania no es un Estado fascista y nunca lo fue. Ni en 2023 ni en 1941. Los que en Ucrania colaboraron con el III Reich no eran nazis sino nacionalistas, y lo mismo cabe decir de los que gobiernan actualmente.
Más bien al contrario, al III Reich deben quedar asimiladas la URSS y la Rusia actual, que son los “invasores”, tanto en 1939 como en 2022. Prueba de ello es que se pusieron de acuerdo y firmaron una alianza militar para “invadir” Polonia, lo mismo que el año pasado “invadieron” Ucrania.
“La Segunda Guerra Mundial comenzó en lo que ahora es Ucrania en 1939 con una invasión soviética del territorio entonces controlado por Polonia en el oeste de Ucrania, en un momento en que la Unión Soviética y la Alemania nazi formaron una alianza militar. Cuando este pacto se rompió en 1941, Alemania atacó y luchó de oeste a este a lo largo de Ucrania”, sostiene el New York Times.
La versión del New York Times es fascista, es decir, es la versión con la que los fascistas ucranianos justifican los crímenes que cometieron en la Segunda Guerra Mundial, que ascienden a muchos miles de muertos y que, además, eran población civil en su mayoría.
Por lo demás, no existió nunca una “alianza militar” entre la URSS y el III Reich, sino un pacto mutuo de no agresión, el mismo que debería existir entre todos los países del mundo, cualquiera que fuera su régimen político.
La URSS no “invadió” Polonia en 1939, sino que recuperó los territorios que había perdido durante la guerra civil, como ya explicamos en una entrada anterior. Prueba de ello es que, tras la guerra, se mantuvieron las fronteras entre la URSS con Polonia tal y como se definieron en el Pacto Molotov-Von Ribbentrop y que perduran en la actualidad.
Ante la avalancha de críticas, el New York Times ha tenido que suavizar la redacción del texto, que ahora queda de la siguiente manera: “La Segunda Guerra Mundial llegó a lo que ahora es Ucrania en 1939 con una invasión soviética del territorio entonces controlado por Polonia en el oeste de Ucrania”.
El texto sigue siendo falso porque la Segunda Guerra Mundial no llegó a Ucrania en 1939, sino dos años después, es decir, que durante ese tiempo no sólo no se desencadenó ninguna guerra, sino que se evitó. El periódico oculta que mientras las matanzas en Polonia comenzaron en 1939, en Ucrania se aplazaron durante ese tiempo.
Naturalmente, también oculta que quienes las cometieron no fueron sólo los nazis alemanes, sino también los nazis ucranianos, que son los mismos, antes y ahora.
Unos cometen las matanzas y otros tratan de evitarlas. Pero el New York Times cuenta las cosas al revés, incluso cuando no se trata de la actualidad.
(*) https://www.nytimes.com/2023/07/18/world/europe/ukraine-world-war-ii.html