¡Dios mío!, ¿y si el golpe de Báez hubiera triunfado?

El obispo Silvio Báez posa orgulloso al frente de su sanguinaria tropa en Masaya. Eran sus momentos de gloria. Pocos días después lloraría con inocultable dolor por la desaparición de sus amados tranques.

* No oculta sus deseos de asesinar al presidente Daniel Ortega y es sabido que permitió muchos horrores en sus tranques. El cardenal Brenes no desmintió la grabación, mientras que el nuncio y el Papa no se han pronunciado. ¿Financian la USAID y la NED al “obispo en jefe” de la sanguinaria intentona golpista? Tras la confesión, es más fácil entender muchas cosas.

NICALEAKS

El obispo Silvio Báez ha vuelto a poner en graves aprietos a la Conferencia Episcopal de Nicaragua al ser grabado por un feligrés en un templo de Managua, exponiendo planes para lo que sería una sangrienta “segunda parte” del golpe de Estado, y de paso, sus deseos reprimidos de asesinar al presidente Daniel Ortega.

Son cosas muy delicadas las que dijo Báez, quien se erigió en jefe del golpe de Estado e impulsor principal de los tranques, por los que lloró a moco tendido con un subordinado golpista cuando empezaron a quitárselos en Masaya.

El obispo golpista y cargado de odio, quien se encuentra en Nicaragua, no se ha pronunciado hasta el momento en torno a la grabación, mientras que la Iglesia Católica emitió el martes un parco comunicado de dos párrafos en el que tampoco desmiente la veracidad de la confidencia, cuestionada furibundamente por los medios derechistas comprometidos con la jornada homicida y destructora que arrancó el 18 de abril pasado.

Tampoco se ha pronunciado el nuncio Stanislaw Waldemar Sommertag, quien tendría mucho que decir sobre la intromisión de un alto religioso en los asuntos políticos de Nicaragua, y sobre todo, al confesar que es uno de los principales cabecillas de la intentona golpista que dejó casi 200 personas fallecidas y millones de dólares en pérdidas materiales.

El silencio sobre semejante revelación es significativo, y habrá que esperar qué dice Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, quien ha mantenido una aparente posición de aquiescencia no declarada a favor de la participación de sus obispos en el fallido, pero cruento golpe de Estado.

Aunque también llama la atención el escueto comunicado del cardenal Leopoldo Brenes en defensa de su pupilo. O no tiene mucho que decir o no está muy de acuerdo con las andanzas del obispo auxiliar de Managua, confeso además de ser, junto a otros miembros de la Conferencia Episcopal, creadores de la Alianza Cívica, formada por el Cosep, Amcham, MRS, y ONG golpistas, entre otros.

Existen muchas otras interrogantes. Por ejemplo: ¿quién financia directamente a Silvio Báez en su cruzada antisandinista? ¿Quién le ordenó ejecutar el golpe de Estado? ¿Pensaba erigirse en Presidente de la República si lograban derrocar al actual mandatario o pondría a un títere a su medida?

Además: ¿Tiene la Iglesia Católica algún vínculo con los organismos desestabilizadores de Estados Unidos, es decir, USAID, NED, NDI, IRI y Open Society Foundations, entre otros? No hemos visto documentación al respecto ni leído ninguna información que los involucre, por lo que lo más seguro es que el obispo Báez reciba dinero triangulado a través de organizaciones ya conocidas como el IEEPP, Fundación Violeta Barrios, etc.

Porque el dinero proveniente del exterior ha sido constante en la agresión al pueblo de Nicaragua, y en particular a militantes y simpatizantes del Frente Sandinista, actual partido en el gobierno. Y si Báez asegura que es el jefe del golpe, por sus manos ha tenido que pasar buena parte de esos millones de dólares utilizados para matar, robar, violar, humillar y secuestrar con los tranques a millones de personas inocentes.

Con la confesión de Báez es más fácil entender muchas cosas que el pueblo católico no terminaba de asimilar, pero que fueron expuestas por los feligreses de la comunidad cristiana San Pablo Apóstol, de la Colonia 14 de Septiembre.

Los fieles no ocultan su espanto por el lenguaje violento del presunto pastor de almas, que expone a sus oyentes en el templo, sus deseos manifiestos de ver asesinado al presidente Daniel Ortega, algo que ya había advertido el también obispo Abelardo Mata al inicio de la crisis de abril.

O sea, que no es solo asunto de Silvio Báez. Todo hace indicar que nuestros “santos” obispos, presuntos representantes de Cristo en la tierra, han discutido ampliamente sobre la posibilidad de eliminar físicamente al comandante Ortega y a su familia y si no se atrevieron a hacerlo, fue porque temieron a la reacción del pueblo sandinista.

¿En serio está el cardenal Leopoldo Brenes metido en esto? ¿Y el resto de obispos? No dudamos de Báez y Mata porque son confesos, pero a los demás, aunque no creemos en ellos, preferimos darles el beneficio de la duda.

Cuando escuchábamos la grabación del creyente que decidió compartirla con sus hermanos de la comunidad San Pablo Apóstol, no pudimos evitar pensar qué nos habría pasado en caso de que los golpistas hubieran logrado sus objetivos.

Con el obispo Silvio Báez a la cabeza y viendo cómo permitió los peores horrores y masacres en sus amados tranques, habríamos experimentado una terrible regresión en el tiempo, quizás a los peores momentos de represión del somocismo, y con este prelado confeso a la cabeza, tal vez nos remontaban a la Santa Inquisición.

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