Prensa Latina
Junto a los fuegos artificiales, las competencias de hot dogs y el desenfreno comercial que caracterizan las celebraciones del Día de la Independencia, hay otra historia de Estados Unidos que para muchos no pasó inadvertida.
“Como se puede imaginar, no celebramos esa fiesta”, fue el mensaje que escribió una amiga a Prensa Latina para llamar la atención sobre una pieza de oratoria que cumple hoy 171 años, su autor fue Frederick Douglass, quien vivió entre 1818-1895.
Considerado un reformador social y abolicionista afroamericano, Douglass también fue orador, escritor y estadista. Logró escapar de la esclavitud en su natal Maryland y se convirtió en un líder nacional del movimiento contra la esclavitud en Massachusetts y Nueva York.
Justo el 5 de julio de 1852, en Rochester, Nueva York, pronunció uno de sus discursos más famosos: “¿Qué es, para el esclavo, el Cuatro de Julio?”. Habría que recurrir más a él, dicen quienes lo consideran un referente para entender esa otra historia de Estados Unidos.
Si bien el 4 de julio 1776 se firmó la Declaración de la Independencia, la esclavitud siguió persistiendo y ganando terreno como relación social, siendo una de las grandes bases de la expansión económica norteamericana.
En sus palabras, Douglas dijo: “¡No estoy incluido dentro de los límites de este glorioso aniversario! Tu independencia encumbrada solo revela la distancia inmensurable entre nosotros”.
Marcando las diferencias y divisiones sociales entre el blanco y el negro, advirtió “las bendiciones que celebras este día, no son celebradas en común”.
De modo que “la rica herencia de justicia, libertad, prosperidad e independencia es para ti, no para mí (…) La luz del sol que te dio la vida a mí me dio cicatrices. Este cuatro de julio es tuyo, no es mío”.
Miro este día por los ojos de un esclavo y por eso “no dudo en declarar con toda mi alma que el carácter y la conducta de esta nación nunca me ha parecido más oscura y negra que este cuatro de julio».
Aunque distante el tiempo, las valoraciones de Douglass coinciden con las del desaparecido escritor Howard Zinn, autor del libro La otra historia de Estados Unidos.
Para Zinn, este país no nació libre, “nació esclavo y libre, criado y amo, arrendatario y terrateniente, pobre y rico, en base a un pujante mercado interno y una feroz política expansionista se iría convirtiendo de colonia en una gran potencia imperialista».