Los acercamientos incluyen la posibilidad de un cese el fuego bilateral. Las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se habían desmarcado del acuerdo de paz firmado en 2016.
Una delegación del gobierno colombiano y otra del frente más poderoso de las disidencias de las FARC tuvieron una «reunión exploratoria» en el departamento sureño de Caquetá para «valorar la posibilidad de iniciar diálogos en el marco de la paz total«, lo que incluiría un cese el fuego bilateral. Las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se desmarcaron del acuerdo de paz firmado por el Estado y la guerrilla en 2016 y cuentan con figuras históricas de la milicia insurgente como Iván Márquez.
«Comienza un diálogo», sostuvo este domingo el presidente Gustavo Petro en su cuenta de Twitter, donde compartió una foto en la que se ve a disidentes con ropa de camuflaje dialogando con el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, y el número dos de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Raúl Rosende. En agosto la izquierda llegó al poder por primera vez en Colombia encabezada por Petro, quien plantea una política de paz total para ponerle punto final a un conflicto interno de casi seis décadas.
El gobierno y su propuesta de paz total
En un comunicado conjunto firmado por Rueda, Rosende, cuatro disidentes y el diplomático noruego Dag Nagoda, las partes aseguraron que expresan la «disposición y necesidad de que estos diálogos estén ambientados por un cese el fuego bilateral, cuya ejecución deberá ser verificada». Los disidentes que se reunieron con el gobierno se identificaron con los alias de «Calarcá Córdoba», «Alonso 45», «Ermes Tovar» y «Érika Castro».
El comisionado Rueda explicó a los disidentes el concepto de paz total, que busca llevar a la mesa de negociación a los grupos al margen de la ley que todavía operan en el país. La idea es lograr con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) un acuerdo de paz como el que se alcanzó en su momento con las FARC, y con las bandas criminales y disidencias, llegar a un arreglo jurídico o de sometimiento a la justicia.
«Un asunto central es la respuesta del gobierno en la paz total a las demandas ciudadanas sustanciales vinculantes y los derechos que deben ser garantizados para transitar al Estado Social y Ambiental de Derecho», sostiene el comunicado conjunto que sobre el cierre advierte: «Consideramos que como nunca antes, en la historia de nuestro país, se están generando las condiciones para dejar atrás por siempre décadas de violencia fratricida«.
El aporte de las disidencias
Por su parte, el estado mayor central de las disidencias aseguró que para esos grupos la paz total «significa la erradicación de las causas generadoras del conflicto social y armado» y pidieron que el primer paso sea la declaración, lo antes posible, de un «cese al fuego bilateral acordado por las partes, evitando así más dolor en las familias colombianas».
Ante esto, «las partes acordaron firmar un protocolo confidencial para garantizar una reunión de los mandos» del estado mayor central de las disidencias de las FARC, que están repartidos por todo el país.
Críticas de la oposición
El exsenador Carlos Fernando Galán, uno de los líderes del partido Nuevo Liberalismo, fue uno de los primeros en repudiar la reunión. «Con las disidencias de las FARC el Estado colombiano no debe negociar, no les puede dar un estatus político. Deben someterse a la justicia. Punto», escribió en su cuenta de Twitter Galán, también excandidato a la alcaldía de Bogotá, en referencia a que justamente estas personas no se plegaron al acuerdo de paz que firmaron la guerrilla y el gobierno en 2016.
Alejandro Eder, quien fue alto consejero presidencial para la Reintegración entre 2010 y 2014, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, aseguró que «la única opción para cualquier firmante de los acuerdos de La Habana reincidente o cualquier integrante de organizaciones criminales fundadas por exFARC es el sometimiento a la justicia». En cambio el senador del Pacto Histórico, Iván Cepeda, defendió la política de acercamiento del gobierno al expresar: «La búsqueda de un cese al fuego multilateral no es ningún acto de debilidad del Estado o concesión ingenua. No es un problema de método o táctica de negociación. Se trata de la necesidad de proteger poblaciones en los territorios como paso para construir la paz total».
Reuniones con otros grupos
Esta semana el comisionado Rueda aseguró en una entrevista con el noticiero CM& que el disidente «Iván Márquez», quien fuera negociador de la FARC, está vivo y autorizó que el estado mayor de la Segunda Marquetalia, el grupo que lidera y que agrupa a otro conjunto de disidencias de las FARC, se acerque a la política de paz total.
La Segunda Marquetalia, agregó Rueda, «ha manifestado su disposición a hacer parte de la paz total» como «lo ha hecho una estructura armada conocida» como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), que es la principal banda criminal del país y se la conoce también como Clan del Golfo. El comisionado reveló además que mantuvo reuniones exploratorias con los disidentes «en un lugar de Colombia que ya el país conocerá».