El mundo nuevo contra el fascismo imperial

 

Germán Van de Velde

*“Este año está naciendo el Nuevo mundo, sí, está naciendo un Nuevo Mundo. Todos los partos son dolorosos y este es un parto de la humanidad, donde está quedando enterrado el imperialismo”. (Comandante Daniel Ortega, 2023).

El mundo se mueve a ritmos desenfrenados. Actualmente, existe una pugna por el control hegemónico de la economía mundial, en la cual se identifican dos diferentes correlaciones de fuerza.

Por un lado, aparecen gobiernos imperialistas, como Estados Unidos, Israel y los países europeos de la OTAN, que apuestan al neocolonialismo, siembran el odio, promueven el racismo y están a favor de la guerra. Por el otro, se destacan los pueblos que defienden el principio del derecho internacional, promueven la justicia social, la igualdad, la cooperación genuina entre las naciones, defienden la soberanía, la autodeterminación y la paz.

Dentro de estos, encontramos a los países de América Latina y el Caribe; África, que resiste al colonialismo europeo; los países del Medio Oriente que redibujaron sus políticas internas de unidad árabe y países como la Federación Rusa, la República Popular China, Irán, Turquía, la India, África del Sur, entre otros, que apuestan por un mundo multipolar.

Por su esencia económica, el imperialismo, que nació de la política colonial y se enriqueció a través de la explotación laboral y de la usurpación de las materias primas del mundo, intenta recuperar su dominio a través de la fuerza.

En una marcada postura multilateral, los pueblos dignos se dieron cuenta que la receta imperial solamente genera desigualdad y pobreza, por lo que avanzaron, en diálogo compartido, cooperativo y solidario hacia la creación de espacios multilaterales donde cada nación tiene voz y voto.

Por ejemplo, los Pueblos de América Latina y el Caribe apostaron por la unión política y económica entre las naciones para evitar la influencia del gobierno de Estados Unidos en la región. La Integración de Latinoamérica y el Caribe, por medio de la CELAC, es un proceso que apuesta al bienestar y la prosperidad de los Pueblos en contraposición a la Doctrina Monroe.

También, la agresiva política exterior del gobierno de Estados Unidos y sus aliados provocó que las potencias con economías emergentes como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica conformaran los BRICS. Tras su ampliación, los BRICS representan el 40% del PIB y el 50% de la población mundial.

Basado en esto, es lógico que la humanidad tenga que preocuparse cuando se observa que las fuerzas del mal actúan con actitud guerrerista, contraria a los intereses de las mayorías. Por consiguiente, esta preocupación promueve el avance y evolución de organismos multilaterales que contrarrestan las fuerzas oscuras del imperialismo. Para el gobierno de Estados Unidos, esto representa un riesgo en su ficticio dominio geopolítico.

Por esta razón, el imperialismo y sus aliados acuden a su esencia fascista, con el objetivo de boicotear el avance de las potencias emergentes e intentar retomar las riendas de la geopolítica mundial. La batalla que hoy está librando la humanidad, es una batalla de vida o muerte.

Tal como lo dijo el comandante Daniel Ortega: “Quien está detrás de lo que ocurre con países como Ucrania e Israel, no es más que el gobierno de Estados Unidos y forma parte de la estrategia geopolítica imperialista. Son dos frentes donde está la nueva ola del nazismo de los países desarrollados, capitalistas”.

El Mundo Nuevo respalda la resistencia palestina y la valentía de la Federación Rusa en su batalla contra el fascismo. Esto es ya una realidad que pone a temblar al imperialismo, quien acude a una estrategia fascista como último recurso para evitar la construcción de un mundo multipolar.

Esta coyuntura no solo contribuye a formar conciencia por la naturaleza de los crímenes que se cometen, sino que contribuye, aun en un grado más alto, a la admiración que se siente hacia los Pueblos heroicos que tan valerosamente, tan exitosamente se enfrentan a las fuerzas imperiales y son capaces, además, de derrotarlas.

Pronto veremos caer los monopolios que concentraron sus ganancias a costa de la explotación de los pueblos del mundo que hoy resisten y vencen. Los pueblos están saliendo de los sepulcros, ejerciendo verdadera Democracia, por la Paz, por la Justicia y por la libertad.

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