Los voceros estadounidenses se empeñan en «reconocer» a su marioneta mediática y desconocer al Gobierno legítimo de Nicolás Maduro, con el que, paralelamente, negocia en temas energéticos.
No hay forma posible de creer que Juan Guaidó, a estas alturas, pueda servir para algo al actual Gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, y en detrimento de lo poco que podría quedar de credibilidad a quienes desde Washington lo fabricaron, financiaron y dirigieron, ahora, luego de que la oposición interna venezolana diera por terminado el «show Guaidó», los voceros estadounidenses se empeñan en «reconocer» a su marioneta mediática y desconocer al Gobierno legítimo de Nicolás Maduro, con el que, paralelamente, negocia en temas energéticos.
Un despacho noticioso de EFE así lo remarca: «La Casa Blanca afirmó que se seguirá coordinando con el opositor venezolano Juan Guaidó y otros líderes democráticos que piensan parecido, aunque evitó aclarar si sigue reconociéndolo como presidente interino del país latinoamericano».
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional del Gobierno de EE. UU., John Kirby, reiteró a la prensa que Washington sigue dando autoridad a la Asamblea Nacional venezolana de 2015.
Sobre Guaidó, Kirby indicó que no iba a meterse en hipótesis y recordó que esta figura opositora continúa siendo miembro de la susodicha Asamblea Nacional: «Vamos a continuar coordinándonos con él y otros líderes democráticos que piensan parecido y otros actores allí en Venezuela, para apoyar al pueblo venezolano».
Vale recordar los hechos en que se ha involucrado Guaidó desde enero de 2019, cuando se autoproclamó presidente interino, sin que nadie lo eligiera, salvo Donald Trump y el Gobierno estadounidense de entonces, que rápidamente no solo lo reconocieron, sino que hicieron que otros gobiernos, afines a Washington y –por supuesto– la OEA, con su engendro del Grupo de Lima, siguieran sus pasos.
Entre las hazañas del personajillo está la responsabilidad que tuvo en conseguir que se congelaran los fondos venezolanos en bancos del exterior –Estados Unidos, Reino Unido, Suiza o Portugal– y ser recibido con todos los honores por su creador, el especialista en marionetas, Donald Trump.
En estos años como impostor, el personaje de factura trumpista fue uno de los inspiradores de la llamada Operación Gedeón, una constelación de militares traidores y mercenarios venidos del exterior, que, armados por Estados Unidos, se proponían asesinar al presidente Maduro y acabar con la Revolución Bolivariana electa por el voto popular.
Nefasto ha sido, además, el papel de algunos gobiernos europeos y la propia ue, involucrados tanto en el reconocimiento y apoyo a un títere como en varios de sus macabros planes, fundamentalmente el de la expropiación del dinero del pueblo venezolano en bancos del exterior.