El PSG venderá a Mbappé

Los celos del brasileño preocupan a la directiva del club parisino, empeñada en retenerlo como sea. Un dirigente ha planteado ofrecer al francés al Barça a cambio de Coutinho.

 

Los dirigentes del PSG han comenzado a plantearse la posibilidad de traspasar a Kylian Mbappé el próximo verano como fórmula para contentar a Neymar Júnior, que manifiesta a través de terceros que no se siente cómodo junto a su compañero de ataque. Así lo revela una fuente próxima al club francés, que señala que fue un miembro de la secretaría técnica quien concibió la idea y se la trasladó al presidente, Nasser Al-Khelaifi, la semana pasada. Este funcionario le propuso una maniobra de doble efecto: ofrecer a Mbappé al Barça a cambio de dinero y de Coutinho, a quien Neymar llama “hermano” y pasa por ser su mejor amigo en el fútbol. Dicen que el presidente catarí recibió la iniciativa con interés. El trueque aseguraría la permanencia feliz de Neymar en París.

Neymar es el futbolista más caro de la historia (222 millones de euros) y Mbappé es el segundo en el ranking (180 millones). El esfuerzo financiero del PSG para ficharlos el verano pasado es proporcional al despliegue que exhibe la directiva estos días por aunar a la plantilla —incluso han promovido una reunión de los jugadores con los ultras— y concentrar la energía en intentar remontar el 3-1 sufrido en la ida de los octavos de la Champions, en Madrid. El partido de vuelta, el 6 de marzo en el Parque de los Príncipes, ha empujado a Al-Khelaifi a redoblar sus contactos con los ejecutivos, los jugadores, los hinchas y los medios de comunicación en un intento desesperado por salvar un proyecto cuyo fin, en palabras del presidente, es trasladar el centro de la industria del fútbol a París. En este clima, el deterioro en la relación de las dos estrellas es tabú. Consultado al respecto, un portavoz del PSG se apresuró ayer a desmentir que exista un problema entre los atacantes y recordó que en agosto, durante su presentación, Mbappé declaró que se subordinaba a los deseos de Neymar: “Haré todo lo posible por ayudarlo a conseguir el Balón de Oro”.

Dos fuentes, una persona que trabaja para el PSG con acceso a los entrenamientos y un futbolista titular habitual, aseguran que el último en vislumbrar el conflicto que se avecinaba fue el propio Mbappé, ingenuo e ignorante hasta hace poco de los celos que provocó en Neymar desde que comenzaron a practicar juntos en agosto. Las facultades que desplegó Mbappé en cada partido y en cada entrenamiento, su ambición manifiesta y el desparpajo con que trata a todo el mundo, hicieron que Neymar comenzara a vigilarle como se monitorizan los peligros. Lo advierte una voz desde el vestuario de París: “Ney teme que Mbappé le haga sombra en la lucha por el Balón de Oro”.

El temor de Neymar, según las mismas fuentes, se plasmó en el campo. Primero, porque si Mbappé se ofrecía, le pasaba el balón a destiempo o al lugar menos claro, cuando Neymar es un experto en el pase de precisión. Luego, porque a partir del 8-0 al Dijon, el 17 de enero, dejó de pasarle la pelota de forma ostensible. En el círculo familiar de Mbappé lo constataron el día de la visita al Toulouse, el 10 de febrero. “Hizo tres desmarques perfectos y Neymar le negó la pelota”, señala una persona del entorno del futbolista parisino. “En el último minuto del partido de Toulouse, en un contragolpe de cuatro contra tres, Neymar pudo dejar a Kylian solo ante el portero pero retuvo tanto el balón que lo perdió y provocó una contra. Y en el Bernabéu durante la primera parte sucedió lo mismo, solo que ahí tampoco Alves le dio la pelota”.

Las imágenes de televisión mostraron a Mbappé pidiendo explicaciones a su compañero en Toulouse y recibiendo recriminaciones y malos gestos a cambio. Para el francés, fue una revelación. En el Bernabéu, Alves, su compañero de banda, tardó 71 minutos en darle la pelota en el último tercio de campo. El entrenador, Unai Emery, los había juntado a la derecha para que se asociaran, pero Alves prefirió tirar centros a la olla —indefectiblemente ganados por la defensa madridista— antes que aprovechar los desmarques que le apuntó Mbappé. Hasta el minuto 40 de partido Neymar no sirvió una pelota a Mbappé. Fue un balón largo para salir de la presión del Madrid.

Las personas más próximas a Mbappé sospechan que el lateral brasileño actúa dirigido por Neymar. La única vez que Alves le dio la pelota en la primera parte fue pasada la media hora, a 50 metros de la portería, y fue gol: Mbappé encaró a Marcelo y a Kroos, y tras el desborde centró desencadenando el tanto de Rabiot.

Mbappé fue el jugador del PSG que más tiró entre los tres palos en el Bernabéu, a pesar de las condiciones. El hombre no ha querido someterse a ningún colega. No reconoce una jerarquía impuesta. Lo que comenzó siendo fisura se está convirtiendo en brecha. Un dirigente del PSG lo confesó en enero en una conversación confidencial: “Si Mbappé es mejor que Neymar, esperemos que no lo demuestre todavía”. Al-Khelaifi sabe desde hace meses que Neymar quiere sentirse el dueño del equipo y que la presencia de un joven tan ambicioso le estorba. Ha enviado a terceros a quejarse de que el chico no respeta sus galones. El presidente también sabe que su prioridad es conservar a Neymar, en quien ve la personificación del nuevo estatus del PSG como primera potencia del fútbol europeo.

Al hilo de los rumores de inestabilidad, el Barcelona y el Manchester City se han interesado por la situación de Mbappé y han expresado el deseo de ficharlo. Agentes vinculados a la operación calculan que podría alcanzar los 300 millones de euros. El Barça no necesitaría tanto dinero. Los dirigentes de París consideran que puede canjear a Coutinho.

Coutinho puede ser el señuelo que consolide a Ney en un escenario en el que todavía no se encuentra completamente a sus anchas. Los estrategas del PSG, el príncipe catarí Jasim Al-Thani y su vicario en París, su paisano el presidente Al-Khelaifi, consideran que el único imprescindible en el proyecto que han emprendido es la estrella fichada al Barcelona. El 3-1 sufrido en el Bernabéu hace dos semanas provocó la ira de los dueños del club, que señalaron responsables a diestro y siniestro. Según fuentes muy próximas al núcleo de poder, Al-Khelaifi elabora una larga lista negra. Responsabiliza a los futbolistas, especialmente a Meunier, pero sobre todo culpa al entrenador, Unai Emery, en quien descubre una gran decepción. Al único que no señala es a Neymar,

Mbappé, de apenas 19 años, se siente fuerte. En el vestuario del PSG aseguran que las señales que le envían para intimidarle chocan contra un carácter impenetrable. Los agentes que asesoran al jugador indican que podría asumir una condición de lacayo y así procurar restituir la relación con el brasileño. Esto le facilitaría la vida en París. Sin embargo, señalan que el muchacho ha preferido mostrarse digno y reclamar que le pasen más balones. Comprende que si Neymar le denuncia por insubordinación, Al-Khelaifi se pondrá del lado de su adversario. Pero, de momento, ni se inmuta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *