Embajadora Dogu empieza a meter narices en asuntos ajenos

El respeto y la supuesta buena voluntad que dijo traer consigo la embajadora de EE.UU., Laura Dogu, en sus primeras declaraciones a medios de comunicación nacionales y extranjeros, se han desvanecido y están siendo ocupados por duras críticas al  Gobierno de Nicaragua y opiniones sobre nuestra política interna que en cualquier otro país pueden calificarse de injerencistas.

 

La diplomática estadounidense señaló enfáticamente que su país vela porque los Gobiernos (en clara alusión al nuestro) cumplan los “anhelos” de ciertos sectores de expresarse y tener voz y voto al momento de elegir su forma de gobierno.

Dogu también habla de equitativa administración de justicia, Estado de Derecho, transparencia y libertad, cuando ella misma ha observado los llamados “miércoles de protestas” que se realizan semanalmente frente a las instalaciones del Consejo Supremo Electoral (CSE), sin que los manifestantes tengan más obstáculos que los desacuerdos políticos existentes entre ellos.

De igual forma, las elecciones de Presidente, Diputados, Alcaldes y Diputados no se han dejado de realizar desde 1984, cuando el FSLN estuvo en el poder, y en las que la ciudadanía ha elegido programas de gobierno sin ningún tipo de presión. Incluso, actualmente el grupo Hagamos Democracia está promoviendo unas elecciones primarias inusuales, pero nadie se las ha impedido.

¿Alguien aquí le da consejos a su país?

Otro tema sobre el cual ha intervenido la Embajadora de EEUU es el relacionado con la observación electoral, y sobre el que no opina el Gobierno de Nicaragua cuando se realizan elecciones en su país, porque es propio de su sistema electoral, así como de sus ciudadanos.  Además, aún no comienza oficialmente el proceso electoral y algunos partidos ni siquiera han elegido a sus candidatos.

Finalmente, con el pretexto de ser responsable y garante de la seguridad y de la protección de los ciudadanos norteamericanos, Dogu se inmiscuyó en la potestad que Nicaragua como nación tiene de reservarse el derecho de admitir en su territorio a individuos como Carlo Ponce, que en nombre de un organismo financiado por la CIA y el Departamento de Estado USA, viene a desprestigiar al Gobierno.

Sobre el derecho que según la diplomática tienen las personas para viajar a cualquier país, solo hay que ver la cantidad de personas deportadas de Estados Unidos y de los inmigrantes presos en sus cárceles.

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