EU: más de 20 mil muertos y 530,000 contagiados

Estados Unidos se sitúa como primer país en el mundo en número de muertos por Covid-19. Estados Unidos ha superado este sábado a Italia como el país con mayor número de fallecimientos por la pandemia de coronavirus, tras registrar 783 muertos en las últimas 24 horas solo en el Estado de Nueva York, foco de la pandemia.

En EU hay más de 530,000 contagiados.

Más de 20.000 personas han fallecido en EE UU debido a complicaciones relacionadas con el coronavirus, según datos de la página web de la Universidad Johns Hopkins.

El total de víctimas en Italia es de 19.468 y España, la tercera nación con mayor número de muertes, tiene 16.335 fallecidos. En todo el mundo, más de 107.700 personas han muerto por el coronavirus y hay más de 1,7 millones de infectados, siempre según la Universidad Johns Hopkins.

Esta semana, el epidemiólogo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y hombre clave en el grupo de trabajo de la Casa Blanca para la crisis, señaló que la proyección de víctimas mortales por la pandemia rondaba las 60.000, cuando hace poco más de una semana calculaban entre 100.000 y 240.000.

Las autoridades de Los Ángeles avisan de que las restricciones para salir de casa podrían durar hasta el verano. La orden de cuarentena en el condado de Los Ángeles durará al menos cinco semanas más, hasta el 15 de mayo.

La autoridad sanitaria del condado no pudo dar una estimación de cuándo se retomará la actividad normal en la región más poblada de Estados Unidos. Hasta el viernes, Los Ángeles había registrado 8.430 casos confirmados de coronavirus y 241 fallecidos, las mayores cifras hasta el momento en California, pero muy alejadas de la situación en lugares con una población similar.

El condado de Los Ángeles, con 10 millones de habitantes, lleva confinado en casa desde el pasado 19 de abril, cuando se emitió la orden de cuarentena para todo California. Dos días antes, la región de San Francisco (7,6 millones de habitantes) se había convertido en la primera gran zona urbana del país en adoptar las medidas de confinamiento. Aunque sobre el papel son medidas muy parecidas a las de España o Italia, tienen importantes matices. El primero, que está permitido salir a pasear y hacer ejercicio. Y el segundo, que la policía solo actúa en los casos más flagrantes de desafío al sentido común.

Los colegios públicos de Nueva York no volverán a abrir hasta el mes de septiembre. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha anunciado este sábado que los colegios seguirán cerrados durante los más de tres meses lectivos que quedan por cumplir a los más de 1,1 millones de alumnos de los centros educativos públicos de Nueva York.

“Los colegios permanecerán cerrados hasta septiembre”, ha informado De Blasio, que ha definido la medida como “dolorosa”. “Es necesario para salvar vidas”, ha insistido el regidor. “De esta manera podemos seguir manteniendo el distanciamiento social para aplanar la curva y vencer al coronavirus”.

El alcalde ha recordado a la prensa que no ha sido “una decisión fácil ni satisfactoria para los que hemos estado haciendo esfuerzos para que nuestros niños consigan la mejor educación posible», afirmó De Blasio en una rueda de prensa. Aproximadamente unos 1.800 colegios de los cinco grandes barrios que conforman Nueva York luchan cada día para adaptarse a la enseñanza en remoto desde que se cerraron las escuelas el pasado 16 de marzo, una decisión necesaria pero que ha presentado un desafío desconocido hasta la fecha para los educadores.

Al menos una quincena de Estados cuenta con excepciones al confinamiento para que los feligreses puedan acudir a los templos. En Luisiana, el quinto Estado con mayor número de muertos por coronavirus en Estados Unidos, arrestaron a fines de marzo al pastor de la Iglesia Life Tabernacle, Tony Spell, por violar la orden ejecutiva del gobernador que prohíbe las reuniones grupales. El domingo pasado, Spell volvió a convocar a los feligreses.

Llegaron centenares en buses de acercamiento. “Prefieren venir a la iglesia y adorar como personas libres, que vivir como prisioneros en sus hogares”, sostuvo el pastor. A pesar de que la mayoría de los templos han cerrado sus puertas y ofrecen sus servicios vía streaming, todavía varias se niegan a aceptar esa vía. Unos 17 Estados tienen entre sus órdenes ejecutivas de confinamiento excepciones para los servicios religiosos, clasificándolos de “actividades esenciales”.

“Me encantaría tener abierto el país para el domingo de Pascua”, afirmó el presidente Donald Trump el 24 de marzo. Sus planes de volver a normalidad en una de las fiestas cristianas más importantes del año se hicieron humo tras las recomendaciones de los expertos y tuvo que extender las directrices de distanciamiento social hasta el 30 de abril. El mandatario ha lamentado públicamente tener que seguir la ceremonia religiosa a través de una pantalla. “Pero en el futuro habrá muchas Pascuas donde estemos juntos en las iglesias», dijo.

Aspirar a presidente en tiempos de pandemia. Estados Unidos enfila en medio de una crisis sanitaria sin precedentes las elecciones presidenciales de noviembre y Joe Biden pretende ser el antídoto a un político que ha sido sometido a un impeachment —y lo ha superado— y está dejando una profunda huella en la democracia estadounidense desde que llegó contra todo pronóstico a la Casa Blanca en enero de 2017.

La retirada esta semana de la carrera demócrata de Bernie Sanders, con un programa percibido como socialista y revolucionario, ha dejado a Biden como el aspirante a batirse el próximo 3 de noviembre frente a Donald Trump. Será esta su tercera, última y quizás más difícil batalla para lograr la presidencia de EE UU a los 77 años —ya lo intentó en 1988 y 2008, pero abandonó la carrera—.

El coronavirus ha puesto la economía ante la mayor recesión desde la Gran Depresión de 1929. Estados Unidos, además, superó ayer a Italia como el país con más fallecidos en el mundo, con 19.701, y registraba ya más de medio millón de contagiados, según la Universidad de Johns Hopkins.

En el contexto electoral, la crisis ha puesto también el foco sobre un hecho que no se puede obviar, la edad de los candidatos y su fragilidad ante un virus despiadado con los mayores. Joe Biden tendrá 78 años el día de su toma de posesión en enero de 2021 si logra la presidencia, lo que haría muy probable que no optara a un segundo mandato y dedicara su tiempo en la Casa Blanca a la recuperación de la nación tras el azote del coronavirus.

Fuente: El País, España.

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