Exhiben a The New York Times como mentiroso

Tremendo papelón el de The New York Times. Fue desmentido el viernes por sus “nuevos contras” y por Roberto Petray, un activista de derechos humanos en Nicaragua, en torno a la presunta presencia de rearmados en nuestro país.

 

Lo peor para el diario norteamericano, considerado “la Biblia del  periodismo” por provincianos y acomplejados colegas, es que la falsedad del reportaje de la señora Frances Robles queda expuesta desde la primera línea.

Fausto Mendoza, a quien ella llama “Tyson”, fue contra en los años 80, pero actualmente es un productor de la comunidad Las Cucharas, en Ciudad Antigua, Nueva Segovia.

Les “pelan la cara”

Petray, quien ha realizado labores sociales con excontras en algunas zonas del país, “le pela la cara” al NYT y hasta muestra en su página de Facebook varias fotografías en las que aparece con el presunto “Tyson”, a quien el diario gringo muestra en una fotografía de los años 80, cuando efectivamente fue un “comando” contrarrevolucionario.

Don Fausto Mendoza, un hombre mayor a estas alturas, “es un trabajador dedicado a las tareas de campo, en ningún momento dice él andar involucrado en actividades armadas…”, señala Petray.

Como habíamos adelantado, el trabajo de The New York Times tenía entre sus objetivos desestabilizadores el ser reproducido por otros diarios norteamericanos, nicaragüenses y de otros países cuyos dueños forman parte de la cadena ligada devotamente a la política imperialista gringa.

También El Nuevo Herald

Fue así que El Nuevo Herald lo transcribió en sus páginas y para no quedarse atrás en las falacias, puso una fotografía de un nicaragüense de nombre Nahum Mendoza, quien aparece con un fusil y uniformado.

Mendoza es también un productor que en sus tiempos de juventud anduvo con la denominada “Contra”. Hoy, señala Petray, al igual que el “Tyson” presentado por el NYT, trabaja la tierra en la comunidad de Las Cucharas.

Los reclutas de Gerardo Sánchez

En Nicaleaks habíamos adelantado sobre la campaña de mentiras que se avecinaba en contra del gobierno sandinista en la víspera de la justa electoral de 2016. Gerardo Sánchez, alias “comandante Roberto Palacios, el guerrillero virtual de la Coordinadora Guerrillera Nicaragüense, era el “as” bajo la manga que creían tener La Prensa, Radio Corporación y otros medios derechistas.

Los robos, secuestros y asesinatos cometidos por bandas de delincuentes comunes en sectores inhóspitos del país, eran reivindicados por Sánchez y el grupo de medios que le apoyaban  como ataques de rearmados antisandinistas.

La gran sorpresa de estos medios, que antes habían sido puestos al descubierto por Nicaleaks, fue enterarse que su “comandante Palacios” era en realidad un narcotraficante, condenado recientemente a 15 años de prisión tras ser detenido con varios tacos de cocaína en una mochila.

Droga, estafas y hasta sexo…

La Prensa, el Cenidh, gente de Mónica Baltodano y muchos somocistas locales y en el exilio en Miami, cayeron seducidos por el narcotraficante, quien de paso estafó a no pocos y hasta sedujo a algunas de sus reclutas. De todo eso Nicaleaks presentó pruebas documentales y en algunos casos, hasta fotografías.

La Prensa de los Chamorro y Radio Corporación de Fabio Gadea, fueron penetrados de cerca por el narcotraficante Sánchez, quien se dio el lujo de reclutarles periodistas para que les sirvieran de voceros oficiosos.

El fracaso de los medios de derecha de Nicaragua al no poder probar que hay rearmados con ideas políticas fue estrepitoso. Entonces, de forma casi inesperada entró al rescate el “hermano mayor”, solo que lo hizo exponiendo de manera burda, la sarta de sandeces que ya habían publicado antes los reporteros reclutados por el “comandante Palacios”, es decir, el narcotraficante ahora condenado.

Desesperados por volver al poder

No será este el último intento. La derecha nicaragüense, cuyos hilos son manejados principalmente desde La Prensa, está desesperada por retomar el poder. Consideran que es un derecho heredado desde la colonia española.

Y como ha ocurrido toda la vida, sus pares norteamericanos y de América Latina se aprestan a secundar sus campañas de odio y falsedades. Sabemos que La Prensa ha destinado recursos para contratar con jugosos salarios a jóvenes periodistas que ya empezó a lanzar en contra del gobierno.

Coincidentemente, algunos de ellos que no ocultan su odio visceral contra todo lo que huela a sandinismo, sirvieron de “fuente” a la periodista de The New York Times.

¿Sancionará el NYT a la señora Robles por el falso reportaje? No es la primera vez que sus grandes editores son sorprendidos de esta manera. Aunque parece que en estos casos se dejan “sorprender” a propósito.

 

 

 

 

 

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