El sistema unipolar sustentado en la globalización liderada por el dólar y promovida por EEUU desde hace años, está en crisis. Se le desafía y ahora hay que considerar los riesgos de un cambio de paradigma global, detalla el director gerente y responsable de la estrategia de tipos de interés a corto plazo en Credit Suisse, Zoltan Pozsar.
El fin de la Guerra Fría ha llevado el mundo a un sistema unipolar, donde EEUU, aprovechando su hegemonía, imponía su vista del orden común, mientras florecía la globalización como la base de la economía global con el dólar desempeñando el papel de una divisa prioritaria. Entretanto, nos encontramos hoy en el tiempo de los retos fundamentales para aquel sistema y se necesita considerar los riesgos que conlleva, afirma el autor del artículo para ‘FT’ Pozsar.
Explicó que estos cambios son generados por varios motivos y uno de los líderes principales aquí es China, que con sus logros en la esfera económica «está redactando activamente un nuevo conjunto de reglas» mediante pilares alternativos para otro tipo de globalización. Está fomentándola con instituciones de distintos tipos, donde se destacan la iniciativa Un cinturón, una ruta, el grupo de economías emergentes BRICS+ y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que representa una alianza de ocho países dedicada a la seguridad colectiva.
Pese a las restricciones de la pandemia COVID-19, China no ha parado de buscar medidas para el fortalecimiento de sus iniciativas y estableció relaciones beneficiosas con Moscú y Teherán. El autor del artículo revela que los fuertes lazos con Rusia con un empujón en forma de calentamiento global, están ayudando a Pekín a ampliar su iniciativa Un cinturón, una ruta, con la creación de nuevas rutas marítimas a través del Ártico.
Asimismo, destaca el acontecimiento de importancia crucial para el establecimiento del nuevo orden mundial. Se refiere a la primera cumbre en la historia entre China y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo. El evento demuestra el inicio de la profundización de los lazos de China con la OPEP+ que puede al fin formar el modelo de Un mundo, dos sistemas, escribe Pozsar.
«Si pasamos de un mundo unipolar a uno multipolar y si el G20 se divide en varios bandos —el G7 más Australia, los países BRICS+ y los países que no se han unido a ningún bloque—, estas divisiones tendrán inevitablemente un fuerte impacto en el sistema monetario internacional. Y estos riesgos se ven exacerbados por los crecientes desequilibrios macroeconómicos en EEUU», el autor describe así la amenaza para el dominio del dólar.
La hegemonía del dólar está en entredicho
El dólar ya se enfrenta con varios retos para la hegemonía, no obstante, de ellos se destacan más el aumento de los esfuerzos de desdolarización y la elaboración. así como la aplicación activa, de las monedas digitales por parte de los bancos centrales.
La desdolarización, afirma Pozsar, no constituye un proceso totalmente novedoso. Ha sido realizado en algunos países tras la crisis financiera ante el peligro de una rentabilidad real negativa de sus ahorros. «Pero recientemente el ritmo de la desdolarización parece haberse acelerado», indicó.
Los procesos económicos del año pasado presentaron una imagen alternativa de los acuerdos financieros mundiales, que está ganando terreno frente al tradicional y arraigado dólar. Rusia recibía por sus productos de China y la India pagos en yuanes, rupias y dirhams de los EAU. La India elaboró y puso en marcha su propio mecanismo de liquidación en rupias para sus transacciones internacionales. China presentó a los estados del Consejo de Cooperación del Golfo la iniciativa de utilizar la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái para liquidar las transacciones energéticas en yuanes en los próximos tres a cinco años
«Dada la expansión del grupo BRICS más allá de Brasil, Rusia, la India y China, la desdolarización de los flujos comerciales podría acelerarse», precisó el autor del artículo.
En lo que se refiere a las monedas digitales de los bancos centrales, estos disponen de toda la potencia para impulsar transición hacia la desdolarización. China está en la carrera de la internacionalización del yuan y no le conviene el esquema vigente de los bancos corresponsales occidentales, que refuerza el dólar.
«Las monedas digitales de los bancos centrales se están extendiendo por todo el mundo, sobre todo en el Este y el Sur del planeta», prosigue el autor, notando que más de la mitad de los bancos centrales del mundo están explorando o desarrollando ya monedas digitales. Con el tiempo, estas monedas estarán más interconectadas, lo que dejará reemplazar la red de bancos corresponsales en la que se basa el sistema del dólar por la red de los bancos centrales corresponsales.
Tal evolución junto con un sólido marco jurídico internacional basado en tratados de intercambio de divisas entre Estados podría permitir a los bancos centrales del Este y del Sur del mundo actuar como agentes de cambio para proporcionar flujos de divisas entre los sistemas bancarios regionales. Lo importante es que este sistema financiero no estará atado de ninguna manera al dólar y al sistema bancario occidental.
«Los cambios ya han comenzado», indica Pozsar. Esto demuestra tanto que los superávits por cuenta corriente de China, Rusia y Arabia Saudita han alcanzado niveles récord como el hecho de que los excedentes obtenidos no se están cambiado en activos de reserva tradicionales como los títulos del Tesoro, que con la actual tasa de inflación no ofrecen nada más que rendimientos reales negativos. En su lugar, observamos un aumento de la demanda de oro, materias primas, inversiones geopolíticas y la ayuda a aliados y vecinos en dificultades, mientras que los excedentes restantes se mantienen cada vez más en depósitos bancarios en forma líquida.
Si cada vez se realiza menos comercio en dólares, y si cada vez se convierten menos excedentes en dólares en activos de reserva tradicionales como los bonos del Tesoro, la ventajosa superioridad que tiene el dólar como moneda de reserva internacional podría verse amenazada, concluyó.
En agosto pasado, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que el dólar estadounidense había dejado de ser una moneda de reserva confiable, y esa preocupación la compartían muchos países.
Rusia, sujeta hoy a unas sanciones sin precedentes por su operación especial militar, intenta acelerar la desdolarización de su comercio con otros países y mantiene conversaciones con China, la India, Irán y Turquía para realizar transacciones en monedas nacionales.
Fuente: Sputnik