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* A medida que desacelera el flujo de armas y equipo militar brindados por las potencias occidentales a Ucrania, prominentes contratistas de defensa estadounidenses y de otros países establecerán instalaciones de producción de armamento en suelo ucraniano.
Kiev anunció orgullosamente esta semana, que llegó a un acuerdo con dos empresas estadounidenses no identificadas para comenzar a fabricar conjuntamente municiones de artillería de 155 milímetros en territorio del país europeo.
El proyecto se difundió tras la realización de una conferencia de la industria militar celebrada en Washington estos 6 y 7 de diciembre, en la que funcionarios estadounidenses y ucranianos discutieron cómo aumentar la producción de armas para satisfacer el apetito de Kiev.
Sin embargo, el ministro de Industrias Estratégicas de Ucrania, Oleksandr Kamishin, explicó a los medios de comunicación que la producción de proyectiles bajo los auspicios del plan antes mencionado comenzaría dentro de dos o tres años.
Vale recordar que, a principio de año, funcionarios ucranianos también se jactaron de que el contratista de defensa turco Baykar, fabricante de los drones Bayraktar que despliega Kiev en el campo de batalla, comenzó a construir una fábrica de vehículos aéreos no tripulados en territorio ucraniano.
En tanto, el gigante alemán de fabricación de armas Rheinmetall AG también anunció planes similares recientemente, y su director ejecutivo, Armin Papperger, dijo que tiene la intención de comenzar a fabricar sus primeros vehículos blindados y de combate de infantería en Ucrania en 2024.
Todas estas iniciativas tienen un aspecto en común: aún no han dado frutos y la eficiencia de estas iniciativas conjuntas de fabricación de armas no está probada, lo que suma todavía más incertidumbre a un escenario ya de por sí sombrío para Kiev.
Si bien establecer instalaciones de producción de armas en Ucrania no es del todo imposible, sí resulta «muy complicado», le dijo a Sputnik el teniente coronel retirado Earl Rasmussen, quien sirvió en el Ejército estadounidense y se desempeña también como consultor internacional.
«Una vez que se toma una decisión, es necesario construir las instalaciones o modernizar las existentes para crear el sistema previsto», explicó. «Además, es necesario establecer cadenas de suministro para proporcionar los recursos necesarios con el objetivo de desarrollar, construir y entregar la producción».
El experto señaló, además, que se necesitará una «mano de obra capacitada» para operar estas instalaciones y que «llevará años establecer y mejorarlas». Rasmussen también se ha referido al elefante en la habitación: el hecho de que tales posibles fábricas de armamento serán inmediatamente atacadas por las fuerzas armadas rusas.
«Incluso si la ubicación de dichas instalaciones está clasificada u oculta, me pregunto cuánto tiempo podrá permanecer esa información en secreto», describió, por lo que las consideró una «muy mala decisión de inversión». Según Rasmussen, la decisión de establecer estas plantas de armas locales afectará el curso del conflicto ucraniano «solo en términos de propaganda occidental o apoyo moral a Ucrania».