Una Solicitud de Fondos de Respuesta Rápida hicieron los golpistas a sus donantes en 2018, a menos de un mes de iniciado el golpe de Estado mediante el cual pretendían derrocar al presidente Daniel Ortega.
El objetivo era iniciar el convencimiento entre los grupos opositores para lograr una unidad que todavía no llega, pese a decenas de miles de dólares gastados en interminables reuniones, talleres, encuentros y seminarios que han organizado dentro y fuera del país.
No podía faltar el recordatorio a los posibles financiadores, de que el FUNIDES es uno de los principales receptores de la ayuda de la Central de Inteligencia Americana (CIA) a través de una de sus agencias, la National Endowment for Democracy (NED), que recién les había soltado US$122,000 para tres proyectos; más US$420,000 de los “ultra democráticos” Reino de Países Bajos, Dinamarca y Suiza, reconocidos títeres de Estados Unidos.
Como mero formalismo porque los destinatarios de su pedido ya lo sabían al financiar de previo la labor desestabilizadora con miras a tumbar al sandinismo del poder, los golpistas y oligarcas del FUNIDES exponen a sus mecenas injerencistas la situación caótica del país (por el fallido golpe de Estado), que según ellos es por causa de las “medidas unilaterales… del gobierno”, la “represión y concentración de poder”.
Y como es fácil convencer a un convencido, culpan al gobierno de los muertos y heridos, dicen a sus padrinos que en “un contexto incierto” –era el 31 de mayo de 2018-, no contaban con un “desenlace respecto a los procesos de democratización del país” exigidos por ellos, y que no era otra cosa que la renuncia del comandante Ortega para que asumiera la oligarquía del FUNIDES la dirección de Nicaragua.
Este es el documento en poder de Nicaleaks: