Stephen Sefton
Pocas personas dudan ahora de que los acontecimientos contemporáneos en todo el mundo, apuntan a un declive acelerado de los países de América del Norte y Europa como líderes mundiales en prácticamente cualquier esfera de la actividad humana.
El colapso alrededor de todo el mundo en la aceptación de la vacua autoridad moral y política de los Estados Unidos o la Unión Europea, es evidente por la negativa de la mayoría de los países del mundo mayoritario a apoyar las ilegales medidas coercitivas dirigidas por los Estados Unidos y sus aliados contra la Federación de Rusia.
Puede ser que el mundo sigue amenazado por las pálidas sombras del antiguo dominio imperialista, pero éstas están siendo desplazados rápidamente por los sueños vibrantes y las nuevas perspectivas de esperanza que rápidamente están tomando forma y llegando a ser realidad.
En este contexto incierto, cuando aparece un informe como el del Foro Económico Mundial de este año sobre la Brecha de Género Global, las personas que viven en el mundo mayoritario naturalmente echan un vistazo a sus principios subyacentes, su visión moral y sus suposiciones fundamentales.
Esto es especialmente cierto en el caso de países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, u otros países de todo el mundo, que están siendo atacados de manera similar por las mismas élites corporativas y políticas occidentales que controlan el propio Foro Económico Mundial.
Una característica importante del informe del FEM es su dependencia de los datos y presupuestos de diversas instituciones y organizaciones occidentales financiados por gobiernos o grandes intereses empresariales. Sin embargo, a pesar de este contexto aparentemente desfavorable, el informe del FEM sí reconoce los tremendos avances en igualdad para las mujeres en Nicaragua.
La escritora y trabajadora de salud comunitaria, Becca Mohally Renk, ha analizado en detalle para la red norteamericana en solidaridad con Nicaragua los resultados de este informe del FEM. Ella señala que Nicaragua es líder conjunto para la igualdad de género en términos del logro educativo y ocupa el quinto lugar en el mundo en términos de empoderamiento político general.
Becca también podría haber agregado igualmente que Nicaragua está a solo 0,002 puntos del primer lugar en el índice de Salud y Supervivencia del FEM. En relación con ese logro, Becca señala que, aunque se informa que poco más del 30 por ciento de las mujeres nicaragüenses se casan jóvenes, el FEM informa que la edad promedio de las mujeres cuando tienen su primer hijo es ahora un poco menos de 27 años, mientras que la tasa de fertilidad total (nacimientos por mujer) se informa que es de 2,38.
Además, el informe ubica a Nicaragua en el primer lugar de igualdad de género para:
• trabajadoras profesionales y técnicas
• tasa de alfabetización de las mujeres
• matriculación de mujeres en la enseñanza terciaria
• mujeres en el parlamento
• mujeres en puestos ministeriales (gabinete)
Becca también explicó en sus notas para la red de solidaridad que, de acuerdo con el informe del FEM, Nicaragua de igual forma ha logrado la igualdad de derechos o casi la igualdad de derechos en las siguientes áreas:
• acceso a la justicia
• acceso a los servicios financieros
• acceso a los activos de la tierra
• acceso a activos no terrestres
• derechos de herencia para viudas e hijas
• libertad de circulación
• derecho al divorcio
En general, en gran medida los datos del FEM reflejan de manera positiva a Nicaragua, aunque se podría objetar que, por ejemplo, el informe omite por completo los logros del país en otras áreas relevantes para la igualdad de las mujeres, como la formación profesional y técnica gratuita, una mayor disponibilidad de agua potable o el apoyo con comidas escolares y suministros escolares gratuitos para las y los niños que asisten a la escuela preescolar y primaria.
Empero el informe tiene dos fallas mucho más fundamentales en términos de poder rendir cuentas de manera adecuada como un relato narrativo y estadístico de la igualdad de las mujeres en el país. En primer lugar, deja en el aire la pregunta de cómo Nicaragua, dada su historia como país, podría haber logrado una igualdad de género tan sorprendentemente impresionante.
La economía y la sociedad de Nicaragua se están recuperando del legado del colonialismo genocida español, seguido de más de 170 años de repetidas intervenciones militares de Estados Unidos y una dictadura promovida por Estados Unidos, una década de guerra contrarrevolucionaria fomentada por Estados Unidos, 17 años de subdesarrollo deliberado neoliberal y luego la destrucción económica al por mayor infligida por el fallido intento de golpe de Estado de 2018.
Ahora, el país también se está recuperando de los efectos de las medidas globales implementadas para enfrentar el Covid-19 y los dañinos efectos económicos globales de las medidas coercitivas ilegales de Occidente contra la Federación de Rusia.
Una segunda falla es que el informe del FEM utiliza supuestos esencialmente neocoloniales de los países ricos sobre cómo funciona realmente la economía de Nicaragua. La economía de Nicaragua tiene poco en común con una economía occidental avanzada, basada principalmente en el empleo formal y salarios relativamente altos.
Nicaragua es una economía de inspiración socialista con más del 70 por ciento de su economía basada en el sector familiar, cooperativo y asociativo, a menudo llamado economía popular. Es esta economía popular que ha permitido a Nicaragua ser prácticamente autosuficiente en la producción sostenible de alimentos sanos. Además, Nicaragua cuenta con la mejor infraestructura de salud pública de Centroamérica. La atención de salud pública es gratuita.
La educación es gratuita, incluida la educación técnica vocacional. los hogares de bajos ingresos reciben subsidios para sus facturas de electricidad. Los gastos de transporte público están subvencionados. Hay becas universitarias disponibles para estudiantes de bajos ingresos. Las y los niños en edad preescolar y primaria reciben una merienda escolar gratis y apoyo con los útiles escolares.
El 99% del país tiene electricidad, de la cual hasta el 70% se genera en base a fuentes renovables. El sistema de carreteras de Nicaragua se valora entre los mejores de América Latina. Nicaragua se encuentra entre los países más seguros de América Latina y el Caribe. y entre las economías más dinámicas de América Latina, con un crecimiento actual de alrededor del 5,5 por ciento. Todas estas características económicas tienen una importante dimensión de género, la cual apenas se refleja adecuadamente en el informe del Foro Económico Mundial.
Por lo tanto, el informe sobre la Brecha Global de género del FEM evade reconocer lo que implica todos estos detalles de la estructura social y económica de Nicaragua para la promoción de la igualdad de las mujeres. Y esa evasión en sí misma deja abierta la pregunta de cómo Nicaragua ha logrado superar su historia de agresión imperialista en su contra para poder defender los derechos y la igualdad de las mujeres mejor que otras naciones mucho más ricas y económicamente más avanzadas.
De hecho, este año Nicaragua dará la respuesta número 43 a esa pregunta cuando su pueblo celebra el 43 Aniversario del Triunfo de la Revolución Popular Sandinista el 19 de julio de 1979.
Esa victoria se produjo apenas diez años después de la publicación del histórico programa revolucionario de 1969, que se declaró explícitamente para la emancipación y la igualdad de la mujer como uno de sus principales objetivos.
Estados Unidos trató de sofocar ese programa con una década de guerra contrarrevolucionaria y luego añadió por encima de ese brutal ataque militar y económico otros 17 años de destrucción sistemática neoliberal. A pesar de todos sus esfuerzos, Estados Unidos y sus aliados nunca lograron destruir la Revolución Sandinista.
Desde enero de 2007, el programa revolucionario original del FSLN se ha hecho realidad, llevado a cabo por el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Dirigida por el comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo, la Revolución Nicaragüense ha rescatado la igualdad de las mujeres del feudal callejón sin salida de una cultura política basado en la identidad la cual siembra la división social y cultural al servicio de los intereses de clase de las élites gobernantes occidentales.
Nuestro comandante Daniel y nuestra compañera Rosario con los gobiernos del FSLN han devuelto el pleno significado a los derechos de las mujeres en términos de justicia de clase. Es por ese motivo que Nicaragua ha logrado reivindicar su historia y sus principios revolucionarios al liderar la lucha por los derechos de las mujeres en América Latina y el Caribe. Pero eso nunca lo aprenderás de los informes del Foro Económico Mundial.