Fracaso de estrategia desestabilizadora de oposición en elecciones 2016

Los actores extranjeros y sus agentes nicaragüenses asalariados, trataron en estos años el cambio del gobierno revolucionario, a fin de implantar un régimen en el que primaran los intereses de potencias foráneas y no los del pueblo de Nicaragua.

 

Los resultados electorales del 2016 no sorprendieron a nadie, pese al desembolso de “sumas extraordinarias de dinero en dólares y euros” en apoyo a grupos opositores y a organismos no gubernamentales para maniobras desestabilizadoras, incitadas por organismos y gobiernos extranjeros. El pueblo nicaragüense se volcó en las urnas por su Presidente Daniel Ortega Saavedra. Almagro no pudo ser más elocuente en sus recientes declaraciones.

Quienes apostaron por la desestabilización, erraron. Al igual que los agentes de organismos extranjeros como el MRS, Movimiento por Nicaragua, IEEPP, CINCO y Fundación Violeta Barrios, entre otros, que planificaron una campaña utilizando parámetros de intereses extraños alejados de la realidad nicaragüense; la población nunca fue objeto de esos mensajes.

Todos ellos olvidaron que en los últimos diez años el salario ha aumentado; que la educación y salud son gratuitos; que se han construido viviendas para el pueblo; que existe un Plan Techo, Usura Cero, Hambre Cero, estabilidad económica y seguridad, entre otros muchos logros. Esto se ha convertido en un baluarte que ha permitido que la población no quiera verse inmersa en conflictos e inestabilidades sociales porque piensa en un futuro mejor.

Se arrogan la representación del pueblo, pero en ellos priman sus propios intereses y los de sus financiadores, no los de la Nación nicaragüense. Los intereses personales no tardaron en aflorar, si antes del 2006 fueron capaces de unirse en torno a un solo candidato debido a las presiones externas, también pronto dejaron por un lado los temas prioritarios para la mayor parte de la población, cuyas prioridades estaban enfocadas en aspectos sociales y económicos.

Trataron de configurar un cuadro de desestabilización con acompañamiento mediático. Sin embargo, su escaso liderazgo y su dependencia de los fondos extranjeros, no les permitieron canalizar sus deseos y por consecuencia lógica se impuso el fracaso, lo que sería la desbandada que presidió la incapacidad de la oposición por los intentos de concretar un cambio de gobierno que respondiera a intereses foráneos.

Con todo lo anterior, ha quedado demostrado que la oposición y las llamadas ONG que responden a intereses extranjeros, se vieron destrozados en sus intereses mediáticos, utilizando páginas y espacios en medios de comunicación nacionales subvencionados, hoy están expuestos y tendrán que hacerle frente al duro verano que les viene.

Las pretensiones de Estados Unidos y la Unión Europea no van a cesar, sin embargo, la población cada vez sigue comprendiendo con mayor plenitud, que un eventual triunfo de una oposición corrupta y entregada, significaría la privatización y el desmantelamiento de los logros económicos y sociales actuales y de futuro, teniendo como ejemplo el desgaste que han visto en  otros países, donde tras una pantalla de declaraciones y demandas democráticas, han terminado cerrando el círculo de su fracaso. 

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