Sahar Dadjoo | Tehran Times
* Los desplazados de Gaza comienzan a regresar al norte en medio de una paz incierta.
Teherán – Después de dos años angustiosos de conflicto que devastaron Gaza y sacudieron Oriente Medio, se ha anunciado un cese del fuego tentativo, que describe una retirada militar gradual del enclave costero y promete la liberación de cautivos y prisioneros palestinos.
Este cese del fuego, proliferado y negociado por el controvertido plan de paz de 20 puntos del presidente estadounidense Donald Trump, es un logro diplomático extraordinario, pero viene acompañado de un profundo escepticismo sobre el compromiso de Israel con una paz duradera y la posibilidad de una nueva guerra.
Un alto el fuego bajo asedio
El 9 de octubre, el régimen israelí aprobó formalmente la primera fase del alto el fuego, negociada mediante conversaciones indirectas en Sharm el-Sheij con la mediación de Egipto, Qatar y Turquía. El acuerdo exige la retirada inmediata de las tropas israelíes a la frontera acordada en Gaza, cediendo el control de aproximadamente el 47% del territorio a las autoridades palestinas.
Hamás, a su vez, se compromete a liberar a los rehenes israelíes restantes —unos 20 que se cree que siguen vivos— en un plazo de 72 horas tras el redespliegue de las tropas. A la vez, Israel acordó liberar a aproximadamente 250 prisioneros palestinos que cumplen cadena perpetua, junto con 1.700 detenidos arrestados durante el reciente recrudecimiento del conflicto.
Los corredores humanitarios se abrieron rápidamente, permitiendo el ingreso diario de cientos de camiones cargados con alimentos, medicamentos y otros artículos esenciales a Gaza para abordar la grave situación humanitaria. Para garantizar su cumplimiento, una fuerza multinacional de unos 200 soldados de EE. UU., Egipto, Qatar, Turquía y Emiratos Árabes Unidos supervisará el cumplimiento del alto el fuego, aunque, notablemente, sin desplegar tropas estadounidenses dentro de Gaza.
El plan de 20 puntos de Trump se enfrenta a la dura realidad del alto el fuego en Gaza.
En el centro de este acuerdo se encuentra el exhaustivo plan de paz de 20 puntos del presidente Trump, que contempla el desmantelamiento de la estructura militar de Hamás, el establecimiento de un gobierno tecnocrático de transición bajo supervisión internacional presidido por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair, y la neutralización de Gaza como paso previo a la renovación del gobierno palestino y las eventuales negociaciones para la creación de un Estado palestino. A pesar del respaldo internacional, el plan enfrenta enormes obstáculos.
Los avances de Gaza en medio de la fragilidad
Aunque parcial y precario, el cese del fuego ofrece a Gaza algunos logros cruciales:
• El cese de las operaciones militares israelíes en gran escala y el inicio de la retirada de tropas en sectores clave.
• Un alivio significativo del bloqueo, evidenciado por un acuerdo formal que abre canales de ayuda humanitaria.
• La liberación de miles de prisioneros palestinos, que simboliza un aumento de la moral en Gaza y en la población palestina en general.
• Una oportunidad para la supervisión internacional y un camino potencial hacia la renovación de la gobernanza.
Los continuos asesinatos ensombrecen la paz
Sin embargo, incluso tras declararse el alto el fuego, la cruda realidad sobre el terreno pone en duda su durabilidad. Informes de observadores humanitarios y hospitales confirman que los ataques aéreos y de artillería israelíes continuaron tras el inicio formal de la tregua. Cabe destacar que el 9 de octubre se recuperaron siete cadáveres de un ataque con helicóptero cerca del Hospital Al-Ahli de Gaza, un duro recordatorio de la violencia en curso.
Las cifras oficiales del Ministerio de Salud de Gaza indican que el número de muertos palestinos desde el inicio del alto el fuego asciende a decenas, incluyendo mujeres y niños. Estas bajas ponen de relieve una cruda realidad: la agresiva postura militar de Israel persiste a pesar de los acuerdos diplomáticos, lo que alerta sobre su sinceridad en la búsqueda de la paz.
La reticencia de Israel y la inminente amenaza de una nueva guerra
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha elogiado el acuerdo como un éxito táctico; sin embargo, los elementos más radicales de su régimen siguen oponiéndose firmemente a sus concesiones. Muchos israelíes consideran las liberaciones de presos y las retiradas militares como reveses temporales, más que cambios permanentes.
Los informes sobre la continuación de los ataques aéreos israelíes limitados tras la aprobación del alto el fuego intensifican las dudas sobre el compromiso genuino de Israel con el fin de las hostilidades. La notoria ausencia de tropas estadounidenses en la fuerza multinacional de monitoreo también refleja la desconfianza israelí hacia la presencia internacional, lo que indica su deseo de mantener el control sobre el destino de Gaza.
Los actores regionales e internacionales reaccionan
El alto el fuego recibió elogios cautelosos de las Naciones Unidas, la Unión Europea y los Estados árabes, quienes exigieron una solución política sostenible y esfuerzos urgentes de reconstrucción. La mediación de Egipto sigue siendo crucial bajo la intensa presión regional, mientras los Estados vecinos vigilan de cerca cualquier desarrollo desestabilizador.
Esperanza en medio de una calma frágil y una violencia persistente
El alto el fuego en Gaza es el avance diplomático más esperanzador desde que estallaron las brutales hostilidades en octubre de 2023. Señala un posible alivio para la población de Gaza golpeada por la guerra y un camino tentativo hacia la normalización de las condiciones de supervivencia.
Sin embargo, la continua matanza de palestinos después del alto el fuego revela crudamente las persistentes tendencias bélicas de Israel y la naturaleza frágil de la tregua.
Sin acciones tangibles para abordar las causas profundas del conflicto (la ocupación, el bloqueo y la marginación política), los camiones de ayuda llegan al enclave y las familias desplazadas regresan con cautela a sus hogares destrozados. Las próximas semanas pondrán a prueba la fortaleza de este alto el fuego y la disposición de la región a optar por la paz en lugar de la guerra perpetua.