Jorge Capelán
Sigue el aquelarre de ideas confusas entre la oposición golpista. La Prensa pregunta, tras mucho vacilar, «¿por qué negarse a ir por la vía electoral aunque las condiciones no sean las perfectas?», pero al mismo tiempo los actos de los «demócratas» delatan que en realidad estos se encuentran en órbita alrededor de Júpiter.
La «Unidad Nacional Azul y Blanco» y la «Alianza Cívica» anuncian un plan especial de provocaciones para septiembre, el mes de la patria: 1) Ondear la bandera nacional del 5 al 15 cuando todo el mundo que no es golpista, por patriotismo verdaderamente patriota y democrático, saque a relucir las suyas.
2) Paro de consumo y «ley seca» el viernes 13 de septiembre, cuando una mitad de los asalariados esté a dos semanas del próximo sueldo y cuando la otra mitad (quienes cobran quincenal) esté a tres días del pago y no tenga un peso en la bolsa.
3) Manifestación el 21, día que el héroe Rigoberto López Pérez ajustició a Somoza, una provocación que difícilmente prospere por alguna de las siguientes razones:
a) Probablemente los organizadores manden a tres desconocidos sin cédula de identidad y una solicitud escrita a mano a la policía a gestionar el permiso (tal y como lo hicieron todas las veces anteriores); b) Que el permiso sea denegado ante el alto riesgo de comisión de delitos contra el uso de los símbolos patrios, como por ejemplo, poner la bandera nacional al revés, pintarrajeada, rota, etcétera o c) porque probablemente ese día las calles estarán llenas de sandinistas recordando la gesta heroica de Rigoberto (lo más probable).
El COSEP por su parte está de elecciones de buena parte de su junta directiva, excepto su sempiterno presidente, José Adán Aguerri, que se ha reelegido nada más ni nada menos que 9 veces en el cargo y seguirá fungiendo por lo menos hasta el año que viene.
El capataz de los colombianos, el ganadero Michael Healey, ansía el puesto de Aguerri sin darse cuenta de que todo el país lo culpa por la obligada congelación del salario mínimo tras el atentado a la economía que perpetraron él y sus cohortes tranqueras. Si tendrá un débil contacto con la realidad, que dice que el masivo apoyo popular al Gobierno sandinista que refleja la encuesta M&R recién revelada se debe a que la gente está intimidada y tiene miedo de contestar lo que realmente piensa.
Pero las muestras de senilidad política del golpismo no vienen solo del interior, sino también de sus apoyos mediáticos en el exterior:
Dice un cable de la Agencia EFE del 2 de septiembre sobre la encuesta M&R que pronostica una contundente victoria para el FSLN en las elecciones de 2021: «La mayoría de los nicaragüenses se declara independiente (…) 59,4 % de los encuestados se declara independiente, mientras que un 37,5 % simpatiza con el gobernante Frente Sandinista», dice el cable de la agencia española.
Lo que no toma en cuenta EFE, es que de esos «independientes» solo 36.2% se declaran «independientes duros», es decir, que no simpatizan con nadie.
Del resto de «independientes» 15.1% se inclina hacia el FSLN y 8.1 hacia la oposición. Eso nos deja un núcleo de 36% de «independientes duros», comparable al 33.2% de independientes que pronosticaba M&R para las últimas elecciones presidenciales de noviembre de 2016 que ganó el FSLN con 72.5% y una abstención del 31.8%.
Parafraseando la canción, el tiempo pasa y el golpismo se está poniendo viejo… como Tutankamón. No se ha dado cuenta de cuánto ha cambiado el país desde el momento en que osaron levantar su mano contra el pueblo.